A través de su arte explora los papeles de las mujeres en la sociedad para combinar tradiciones del teatro con el simbolismo y el surrealismo. El trabajo de Poźniak consiste en explorar el sentimiento de ser mujer en la actualidad. Los temas recurrentes en su obra son los derechos de mujeres, justicia social e historia de mujeres.[2]
Teatro y artes escénicas
Teatro Discordia
En 1989 Poźniak creó la compañía de teatro y artes escénicas Discordia, una compañía de teatro experimental para la cual escribió, dirigió y realizó una variedad de obras de teatro. Su pasión por los diferentes modos del arte la llevó a crear este espacio donde ella pudiera expresarse libremente combinando las arte escénicas, proyecciones visualización, música, lecturas de poemas y danza. Poźniak constantemente trata nuevos modos de inspiración a través de la escultura, la pintura, la danza, la poesía y la interpretación. Su compañía de producción no solo le ha presentado una nueva forma de expresarse sino también le ha dado la oportunidad a otros de espesarse libremente. En un artículo editado por La Opinión (Los Ángeles) destaca como Poźniak logró reunir más de una docena de artistas inmigrantes para narrar y presentar sus obras de arte relatando sus culturas y experiencias como inmigrantes a través de sus obras. La obra titulada “Inmigración y Experiencia en América”, debutó en El Festival de Poesía de Los Ángeles, y puesta en escena en 1991 Los Ángeles, California, en los Estudios Raleigh, donde Poźniak invitó a varios poetas representantes de diferentes partes del mundo como un modo de unificar culturas. Este proyecto le dio la oportunidad a los poetas de poder expresarse libremente, ya que sus países de origen sus obras eran censuradas por los temas que trataban, razón por la que emigraron a América, el país de las esperanzas y los sueños. El objetivo de esta y otras obras realizadas por Poźniak en la compañía de Teatro Discordia es crear un puente entre la cultura inmigrante y la cultura americana.[3]
Activista
Placa en su honor.
Siendo emigrante en los Estados Unidos defendió la idea del Día Internacional de la Mujer para que fuera oficialmente un díal festivo y celebrado en los Estados Unidos. El Día Internacional de la Mujer era un día reconocido en todo el mundo menos en Estados Unidos. Durante muchos años, trabajó al lado de la Alcalde de Los Ángeles, el Gobernador de California, y el Congreso de los Estados Unidos para enfatizar el reconocimiento político del Día Internacional de la Mujer. En 1994 Beata encabezó las firmas en la carta de petición dirigida al Congreso de los Estados Unidos (H.J. Res. 316) para reconocer el Día Internacional de la Mujer en Estados Unidos.[4]