Tiene su origen en el gentilicio latino Blasius o Blassius, registrado desde el siglo III a. C. en inscipciones oscas. Blasius deriva del adjetivo blaesus, es decir "balbuciente" [1][2] y se relaciona con el griego βλαισός (blaisós), cuyo sentido original es "con las piernas torcidas"; quizás en alusión a una lingua blesa ("lengua torcida").[3]
La difusión del nombre en Occidente se relaciona con el culto de san Blas, mártir y taumaturgo muy popular durante la Edad Media, sobre todo en Italia, donde es llamado san Biagio[3] y en Francia, con la forma de saint Blaise) de donde pasó a Inglaterra.[4]
El nombre propio ha dado origen al apellido homónimo