La capilla se construyó en el siglo XVI por frailes Agustinos,[3] y sirvió solo de visita de frailes del Convento de los Santos Reyes de Metztitlán.[4] Inicialmente fungió como capilla abierta, como eran comunes las destinadas a los indígenas; pero después se cerró la enorme puerta para darle su actual apariencia.[5] Al parecer las pinturas murales se realizaron en la segunda mitad del siglo XVI, después de 1580.[2]
En los primeros meses de 1975, los habitantes de Xoxoteco acordaron remozar el edificio, y al desprender la cal que cubría muros y bóveda, descubrieron murales con escenas demoníacas.[5] Se cuenta que el impacto de las pinturas fue tan fuerte, que las mujeres, al verlas, huían despavoridas.[5] El descubrimiento fue conocido en 1975 por el arquitecto Juan Benito Artigas Hernández, quien recorría en viaje de investigación edificios religiosos de la región de la vega de Metztitlán.[5] Su trabajo dio como resultado la noticia publicada en un diario de la Ciudad de México y la posterior aparición de su estudio «La piel de la arquitectura. Murales de Santa María Xoxoteco», editado por la Universidad Nacional Autónoma de México en 1979.[6]
Entre 1977 y 1979, en el Convento de San Nicolás de Tolentino en Actopan, fueron descubiertas las pinturas de la capilla abierta.[5][7] Es de señalar que los programas pictóricos de la capilla abierta de Actopan, y los de la Capilla de Santa María Xoxoteco, comparten una gran similitud.[8] Pudieron ser obra del mismo equipo de pintores o de dos grupos diferentes, que trabajaron en conjunto.[7] Se cree que primero se pintó Xoxoteco y después Actopan, siendo esta última, una versión corregida y aumentada de la primera.[8]
La descripción y la disposición de los muros en ambas capillas, es similar dado que la estructura es casi idéntica, incluso la policromía es parecida.[7][8] Solo por limitaciones de espacio, en Xoxoteco se eliminaron algunos de los recuadros que aparecen en Actopan.[4]
Arquitectura
La fachada tiene una entrada con arco de medio punto sostenido por jambas que continúan más arriba del arco.[2] Este vano de entrada se encuentra enmarcado por pilastras que sostienen un alfiz limitado por molduras, siendo este de cantera labrada.[2] En el coronamiento de la fachada tiene cuatro pequeños campanarios a manera de espadaña con tres campanas únicamente, fechadas 1891, 1924 y 1926.[6]
Anexa al muro poniente se encuentra la sacristía, que consta de dos cuartos; su construcción es de piedra con techos de bóveda.[6] Al frente tiene anexo el atrio, bardado por un parapeto de mampostería.[6]
Es el templo de una sola nave construido de mampostería,[6] mide 12 m de largo por 7 de ancho.[8] En el interior, el piso es de mosaico, de 25 por 25 cm, colocado en 1960.[2] El coro es sostenido por vigas de madera apoyadas en los muros. Un pequeño desnivel diferencia el presbiterio de la nave.[2] Con, techo de bóveda de cañón corrido.[2][6] Esta capilla no está orientada al poniente como la mayoría de las construcciones religiosas del xvi, sino al sureste.[8]
Completan el conjunto la sacristía y tres cuartos adyacentes , también cubiertos con bóveda corrida. Un muro transversal que divide el cuarto
contiguo a la sacristía y que delimita un pequeño osario, que ya no existe.[2]
Pintura
Las paredes de la capilla lucen pinturas con representaciones de la creación del mundo según el Génesis, el fin del mundo según el Apocalipsis y escenas del infierno.[3] Las pinturas de Santa María Xoxoteco pertenecen a la tradición de diseños renacentistas interpretados y ejecutados por los tlacuilos, y están relacionadas por técnicas y temática con las iglesias de la zona de evangelización de la orden de los agustinos de la zona del Estado de Hidalgo, especialmente Ixmiquilpan, Actopan y Metztitlán.[9]
En el muro que constituye la entrada al recinto, contiene casi completa una pintura que representa El Gólgota o Calvario, y que fue ejecutada en tonalidades grises.[8] En el muro testero se distribuyen cuatro temas de la siguiente manera: un juicio final en la parte superior, distribuido en tres partes alrededor del recuadro central, se representan el “Juicio Final” con la variante de la inclusión de las fauces de Leviatán, a mano derecha, que devoran las almas de los condenados, mientras, a la izquierda se concentran las de los justos.[4] El registro inferior, tiene un espacio sin decorar en el centro, y sus dos recuadros representan “Creación de Eva”, “Tentación” y la “Expulsión del Paraíso”, así como dos franjas inferiores con friso ornamental.[4]
En los muros en las secciones próximas, se representan las fauces de Leviatán; con una figura masculina, de proporciones heroicas, con un tocado renacentista adornado con serpientes emplumadas de diferentes colores.[4] También se representa corresponde al ciclo de las “Tentaciones demoníacas al indígena”, e la que se pueden observar los pecados de “La idolatría”, “El adulterio” y “La embriaguez”, así como el “Triunfo demoníaco.[4]
↑ abcdefAzcue y Mancera, Luis; Fernández, Justino; Toussaint, Manuel (1942a). Catálogo de construcciones religiosas del estado de Hidalgo. Volumen I (Primera edición). Ciudad de México, México: Secretaría de Hacienda y Crédito Público: Dirección General de Bienes Nacionales. p. 113. Consultado el 24 de abril de 2022.