Casimiro comenzó a reinar en 1034 bajo la regencia de su madre, pero la turbulenta nobleza polaca se negó a obedecer a la regente y madre e hijo tuvieron que abandonar el reino, que quedó entregado a la mayor anarquía y fue invadido por los bohemios de Bretislao.
Se anexionó Silesia en (1039).[1] En el año 1040, con el auxilio del emperador, Casimiro I restableció su autoridad en Polonia y se impuso a los nobles, así como en Mazovia (1047) y Pomerania (1048). Luchó contra el paganismo y desarrolló la instrucción y consolidó el cristianismo.
↑Kosmas: Chronicle of the Czechs, Varsovia 1968, p. 154, nota 18, dice que el resto de Silesia, incluida la orilla izquierda del río Óder en Breslavia, permaneció en poder de Bohemia; por otro lado, T. Jurek: Ryczyn biskupi, Roczniki historyczne 1994, pp. 40-44, cree que ya en 1041 Polonia recuperó el control sobre el resto de Silesia, incluido Golęszyców.