Las comarcas de España son divisiones territoriales de España delimitadas por afinidades geográficas físicas y humanas. Habitualmente llevan la denominación «comarca de...» u otras similares, como las de «tierra de...»,[A] «campo de...»,[B] «campiña de...»,[C] «vega de...», «valle de...», «sierra de...», «montaña de...»,[D] «montes de...»,[E] «puertos de...»,[F] etc.
La geografía regional clásica identificaba las comarcas como regiones naturales, cuyos rasgos humanos e incluso históricos estarían determinados (determinismo geográfico) o al menos influidos por factores físicos, principalmente por el relieve y los ríos (que marcan sus límites y definen zonas con clima, vegetación o suelos[4][5] similares). La gran complejidad de la geografía de España, su relieve compartimentado y la multiplicidad de sus climas, conlleva una gran variedad de regiones naturales diferenciadas. La no menor complejidad de su historia ha forjado en cada una de sus comarcas una peculiar idiosincrasia, casi siempre de base preindustrial, que se puede remontar al Antiguo Régimen, y que en algunos casos se manifiesta en particularismos. Por esa misma razón, la comarcalización (la determinación concreta de cuáles sean los límites y hasta la denominación de cada comarca) es un tema sujeto al debate político e identitario, por encima de argumentos geográficos.
Mientras que estas regiones geográficas son menos de diez, las comunidades autónomas son diecisiete y las provincias cincuenta. El número de las comarcas o regiones naturales españolas es mucho mayor que esa cifra y mucho menor que el de los municipios españoles (que son unos ocho mil). Necesariamente habrá de ser, por tanto, del orden de varios centenares, aunque su concreta determinación varía mucho entre los distintos estudios geográficos (por ejemplo, se han identificado 324 "comarcas de suelos").[6]
El vasto espacio, escasamente compartimentado, de la Meseta del Duero, junto a los factores históricos que determinaron una característica división provincial en torno a las ciudades con voto en Cortes, han determinado que en la Comunidad Autónoma de Castilla y León no se haya producido una comarcalización institucional excepto para la Comarca de El Bierzo, reconocida en el Estatuto de Autonomía. Sí existen numerosas demarcaciones, formales e informales, que agrupan territorios de distintas dimensiones, muy a menudo solapadas entre sí. Incluso algunas de ellas reciben la misma denominación en distintas provincias, como la Tierra de Pinares (Ávila, Segovia y Valladolid) y la Comarca de Pinares (Soria y Burgos), o la Tierra de Alba (Zamora y Salamanca).
Campiña del Henares, comarca transfronteriza entre la Comunidad de Madrid y Comunidad de Castilla-La Mancha (provincia de Guadalajara), siguiendo el valle del Henares.
El territorio que se sitúa entre la cordillera Cantábrica y el litoral del mar Cantábrico está muy compartimentado por el relieve, en multitud de valles de fuertes pendientes. Es la unidad geográfica con mayor diversidad idiomática.
Las comarcas vascas se suceden a partir de Las Encartaciones (que contienen un enclave perteneciente a la Comunidad Autónoma de Cantabria) y hasta el Bajo Bidasoa, que se prolonga hacia el resto del valle del Bidasoa por la Comunidad Foral de Navarra. Los tres "territorios históricos" o "provincias vascongadas" (con la denominación de "señorío" en el caso de Vizcaya y "condado" en el caso de Álava) son las de menor extensión de entre todas las españolas, similares en superficie a comarcas; pero también tenían subdivisiones, como las merindades o las cuadrillas, además de distintas comarcas denominadas a partir de nombres tradicionales o con criterios geográficos recientes.
Por su parte, en la cuenca media del Ebro y en su margen derecha se establecen Rioja alta ( que abarcaría las subcomarcas de Haro, Santo Domingo de la Calzada, sierra de la demanda oriental o Anguiano y sierra de la demanda occidental o Ezcaray), Rioja media (que abarcaría las subcomarcas de Logroño, Camero Nuevo o Torrecilla y Camero Viejo o San Román) y Rioja baja (que abarca las subcomarcas de Calahorra, Arnedo, Alfaro y Cervera del río Alhama). Todas ellas pertenecientes a la comunidad autónoma de La Rioja.[7]
En la margen izquierda del río Ebro se encuentra la Rioja alavesa o cuadrilla de Laguardia en la provincia de Álava.[8]
El 24 de mayo de 2015, después de una nueva consulta popular, la Generalidad de Cataluña reconoció una nueva comarca: el Moyanés (Moianès, en catalán). Su capital es Moyá.
El 3 de mayo de 2023, la Generalidad de Cataluña ha reconocido oficialmente otra nueva comarca que aún no aparece en muchos mapas de Comarcas de Cataluña: el Llusanés (Lluçanès, en catalán), que antes era una comarca natural (es decir no estaba reconocida como comarca oficialmente). Su capital es Prats de Llusanés.
Estas dos nuevas comarcas de Cataluña también son, oficialmente, españolas.
A la cuenca del Ebro pertenecen la mayor parte de las comarcas de la Cataluña interior (particularmente, las de la provincia de Lérida), siendo el resto comarcas litorales del Mediterráneo.
El concepto de "Levante español" no tiene una delimitación clara en los estudios geográficos. Su identificación solamente puede hacerse, genéricamente, con relación a la costa oriental, entre el cabo de Creus y el cabo de Gata, incluyendo así las comarcas o provincias ribereñas del Mediterráneo desde Almería hasta Gerona. No tiene una identificación estricta con el clima mediterráneo litoral (todo el sureste es mediterráneo seco o subdesértico, mientras que gran parte de Andalucía también tiene ese clima mediterráneo costero).[H] Geomorfológicamente también es muy diverso, así como en su ocupación humana. Lingüísticamente coincide en parte con la distribución de las distintas variedades de la Lengua Valenciana.
Buena parte de las provincias de Cuenca y de Teruel pertenecen a la vertiente mediterránea (cuencas del Júcar y del Turia), pero su elevada altitud las diferencian notablemente de las comarcas litorales. Por su parte, las comarcas valencianas del interior se identifican con las características de la Meseta (comarca de Utiel-Requena) o el Sistema Ibérico (Maestrazgo y Rincón de Ademuz); lo mismo puede decirse del Altiplano murciano.
Al norte y al este de las Tierras del Ebro, las comarcas catalanas pueden considerarse unas de ellas como litorales (identificables con las levantinas, como el Maresme, de explícito nombre) y otras como de interior (identificables con otras del Valle del Ebro y el Pirineo).
En el extremo opuesto, las comarcas andaluzas más orientales (aproximadamente la mitad de la superficie de la provincia de Almería): Los Vélez, el Valle del Almanzora y el Levante Almeriense.
Las comunidades archipelágicas cuentan con una entidad administrativa local propia de ámbito insular: los consejos insulares en las Islas Baleares y los cabildos insulares en Canarias. Los municipios en los que se encuentra la sede de estas entidades son la capital insular de la isla. Más allá de las mancomunidades creadas por los municipios o por estas instituciones insulares, no se ha desarrollado un proceso de delimitación legal de las comarcas de ambas autonomías. Sin embargo, sí pueden distinguirse y definirse regiones naturales en cada una de estas islas, en torno a las cuales las localidades pueden agruparse. Especialmente en las islas de mayor superficie y demografía (Mallorca, Gran Canaria y Tenerife), se refieren divisiones comarcales.
El relieve es la principal característica que delimita las regiones naturales de las Islas Baleares. En Mallorca se distinguen tres áreas principales generadas por la Sierra de Tramontana al oeste, la Sierra del Levante al este y una amplia planicie central entre ambas, subdividida en las áreas del Migjorn, el Pla y el Raiguer. Junto con la capital insular de Palma estos seis entornos se corresponden con las comarcas tradicionales de Mallorca, contando cuatro de ellas con mancomunidades municipales que agrupan a la mayoría de sus municipios.
Las comarcas de Formentera, Ibiza y Menorca se corresponden con regiones naturales que no siguen la división municipal (Tramuntana y Migjorn de Menorca, Es Amunts en Ibiza, etc.) Sus respectivas capitales insulares asumen así la función correspondiente a las cabeceras comarcales, con la excepción de Ciudadela en Menorca.
La compartimentación del territorio causada por su origen volcánico y la vertiente a la que está orientada son las principales características en la delimitación de las comarcas canarias. Las áreas situadas al norte y este de las islas de mayor relieve se han beneficiado históricamente de la humedad causada por los vientos alisios, lo que ha favorecido el desarrollo agrícola y el poblamiento inicial, en contraste con las zonas a sotavento de éste, que acabarían por ser las preferidas para el desarrollo del sector turístico, dado su clima más soleado.
Las áreas comarcales de Canarias aglutinan, a partir de su entorno geográfico, un espacio supramunicipal referenciado en torno a la cabecera comarcal, siendo las islas capitalinas las que mayor número concentran. Así, las comarcas tradicionales de Tenerife, coincidentes generalmente con el nombre y la extensión que ocupaban los antiguos menceyatos guanches de finales del siglo XV, están definidas en la planificación insular junto a marcadas regiones naturales como Anaga, el Macizo Central y Teno. Por su parte, en Gran Canaria las mancomunidades municipales han surgido en torno a las cabeceras comarcales alternativas a la ciudad de Las Palmas y su área geográfica circundante (norte, medianías, sureste, etc.) En el resto de islas, las capitales insulares actúan como cabeceras comarcales, de tal forma que la delimitación comarcal se circunscribe a un sistema de centro-periferia (Lanzarote) o a sus regiones naturales (La Gomera y El Hierro). Entre estas islas, sólo en Fuerteventura y La Palma se pueden encontrar cabeceras comarcales distintas a sus respectivas capitales.
↑El clima mediterráneo en España se subdivide en mediterráneo continentalizado o de interior (caracterizado por la mayor amplitud térmica anual), el mediterráneo litoral o costero (caracterizado por los inviernos suaves, con poco riesgo de heladas) y mediterráneo seco o subdesértico (caracterizado por una pluviosidad muy escasa, cercana o por debajo de los 300 mm. anuales, y con una gran aridez —la mayor parte de los meses son secos).
↑Listado por provincias en el Atlas Digital de Comarcas de Suelos Rosa, Diego de la; Prange, N.; Sánchez Díaz, Juan; Colomer Marco, Joan Carles; Añó Vidal, Carlos; Recatalá Boix, Luis (Agosto de 2001). «SEIS.net: Sistema español de información de suelos en Internet». Edafología. 8 (Sociedad Española de la Ciencia del Suelo) 2: 45-56. ISSN1135-6863. Consultado el 10 de enero de 2016.
Comarcas españolas, Administración Institucional de Servicios Socio - Profesionales, Servicio Nacional de Consejos Económico-Sociales, 1977, ISBN 8450020271