Los congresos Solvay (también llamados conferencias Solvay) son una serie de conferencias científicas que han sido celebradas desde 1911. Al comienzo del siglo XX, estos congresos reunían a los más grandes científicos de la época, permitiendo avances muy importantes en la física y en la química. Pudieron ser organizados gracias al mecenazgo de Ernest Solvay, químico e industrial belga.
Después del éxito inicial de la primera conferencia, las conferencias Solvay han sido dedicadas a problemas abiertos tanto en la física como en la química. Estos congresos se celebran cada tres años. La 23.ª conferencia Solvay tuvo lugar en Bruselas entre el 1 y el 3 de diciembre de 2005, sobre el tema La estructura cuántica de espacio y tiempo.[1]
Primer congreso
El primer congreso tuvo lugar en el Hotel Metropole de Bruselas entre el 29 de octubre y el 4 de noviembre de 1911; el presidente de la conferencia fue Hendrik Lorentz. El tema principal fue la Radiación y los cuantos. Esta conferencia consideró los problemas de tener dos ramas, la física clásica y la teoría cuántica. Albert Einstein era el segundo físico más joven de todos los presentes (después de Frederick Lindemann). Otros miembros importantes de este primer congreso Solvay fueron Marie Curie y Henri Poincaré.
Primer congreso (1911)Participantes de la conferencia de 1911
A esta conferencia que tuvo lugar en 1921 no fue invitado ningún científico alemán, porque el recuerdo de la Primera Guerra Mundial era muy reciente. Así pues los científicos alemanes fueron perjudicados; sin embargo, esta ausencia provocó que la calidad de la conferencia bajara considerablemente, porque solamente en las universidades alemanas existía un progreso importante en el campo de la física moderna (teoría cuántica, teoría de relatividad). El tema de la conferencia fue Átomos y electrones.
Fue la conferencia más famosa y se celebró en octubre de 1927 en Bruselas. El tema principal fue Electrones y fotones; los mejores físicos mundiales discutieron sobre la recientemente formulada teoría cuántica, dieron un sentido a lo que no lo tenía, construyeron una nueva manera de entender el mundo y se dieron cuenta de que para describir y entender la naturaleza se tenían que abandonar gran parte de las ideas preconcebidas por el ser humano a lo largo de toda su historia.
La anécdota más famosa que ha quedado de esta conferencia fue la protagonizada por Albert Einstein y Niels Bohr cuando discutían acerca del principio de incertidumbre de Heisenberg. Einstein comentó: «Usted cree en un Dios que juega a los dados», a lo que Bohr le contestó: «Einstein, deje de decirle a Dios lo que debe hacer con sus dados».[2]
Fue una generación de oro de la ciencia, posiblemente como no ha habido otra en la historia. Diecisiete de los veintinueve asistentes eran o llegaron a ser ganadores de Premios Nobel, incluyendo a Marie Curie, que había ganado los premios Nobel en dos disciplinas científicas diferentes (Premios Nobel de Física y de Química).
En aquella cita, Irving Langmuir, posteriormente Premio Nobel de Química en 1932, tomó las imágenes.
Quinto congreso (1927). Considerada la fotografía más importante y famosa de la historia de la ciencia.Participantes de la conferencia de 1927
En la cuarta fila: Balasse, Flamache, Grove, Goche, Demeur, Ferrera, Vanisacker, VanHove, Edward Teller, Goldschmidt, Marton, Dilworth, Ilya Prigogine, Jules Géhéniau y Henriot, Vanstyvendael.
Noveno congreso
Noveno congreso (1951)
El noveno congreso se celebró en 1951, siendo el tema principal El estado sólido.
El tema de la décima conferencia celebrada en 1954 fue Electrones en los metales.
Sentados, de izquierda a derecha: Mendelssohn, Frohlich, Pines, Moller, Wolfgang Pauli, Bragg, Nevill Francis Mott, Neel, Meissner, MacDonald, Shull y Friedel.
↑«Annual Report 1999». Institute for Theoretical Physics - Faculty of Science - Universiteit van Amsterdam. p. 30. Archivado desde el original el 21 de junio de 2007.