La Escuela de Artes y Oficios (EAO) fue creada el 8 de agosto de 1849 por un decreto supremo del presidente Manuel Bulnes, siendo ministro de Culto, Justicia e Instrucción Pública (equivalente a los ministerios de Justicia y Educación actuales) Manuel Montt. Fue inaugurada el 17 de septiembre del mismo año.[1] Es la primera antecesora de la Universidad de Santiago de Chile.
El primer director de la EAO fue el ingeniero y pedagogo francés Pules Jaezar. Los primeros estudiantes debían tener entre 15 y 18 años de edad, saber leer y escribir y conocer las operaciones aritméticas. Sin embargo, aparte de una intensa formación práctica en talleres, los jóvenes también estudiaban álgebra, geometría descriptiva, higrometría, dibujo técnico, mecánica industrial, física y química, aparte de castellano, historia y geografía y otros cursos básicos. Esta formación, que originalmente duraba cuatro años, aumentó a cinco en 1858. Los egresados recibían la calificación de aprendiz.
La primera sede de la Escuela se ubicaba en el barrio Yungay (en la esquina de las actuales calles Catedral y Chacabuco). Las primeras especialidades fueron herrería, modelaje en madera (carpintería), mecánica y fundición.
En 1855 se ubicó una sede en Talca, que en 1859 por una revuelta en dicha ciudad nunca más fue reabierta.
A partir de 1912 la Escuela formó subingenieros industriales, que luego fueron conocidos como técnicos. La EAO daba entonces dos niveles de formación: el Grado de Oficios (de nivel secundario) y el Grado de Técnicos (de nivel terciario). Después de un cambio en los planes y programas de estudio acontecido en los años 1960, los técnicos de esta escuela, que desde 1947 se había incorporado a la Universidad Técnica del Estado, pasaron a llamarse ingenieros de ejecución.
Alumnos famosos
Elias Beltrán Aravena, ingeniero mayor de la Armada y héroe de la Guerra del Pacífico, cursó sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios. Falleció un 9 de octubre de 1920.
Miguel Cabezas Soto, alumno de la EAO, Primer Mecánico de Aviación y Piloto graduado en 1912 en Francia. Participó junto a su compañero Pedro Donoso Amengual, de la construcción de los primeros aviones de la Escuela de Aeronáutica Militar