En la mitología griega, Etón (Αἴϑων / Aíthōn: «brillante», «resplandeciente»), el Águila del Cáucaso, o el Águila de Prometeo es un águila gigante nacida de los monstruos Tifón y Equidna.
Como castigo por robar el fuego del Monte Olimpo y darlo como regalo a los humanos, Zeus mandó a encadenar a Prometeo a una columna de las montañas del Cáucaso, donde Etón le devoraba el hígado durante el día, mientras que por la noche se regeneraba. El tormento duró hasta que Heracles mató al águila y liberó al condenado.[2][3]