La evangelización en América fue la conversión al cristianismo y educación en la fe cristiana que realizaron misioneros católicos, la misma fue promovida y organizada por los reyes de España, mediante una concesión del papa expresada en varias bulas.[1]
Desde que los Reyes Católicos toman conocimiento del descubrimiento del Nuevo Mundo, a la Corona española se le conceden diversas concesiones, que les reconocen los derechos sobre las tierras descubiertas y sus habitantes, mediante una donación del papa. El papa procedió a repartir América entre España y Portugal. De esta manera, a partir de 1493, los papas Alejandro VI, Adriano VI y Julio II y Pablo III emitieron las bulas Inter Caetera, Eximiae devotionis, Romanus Pontifex, Dudum siquidem, Universalis Eclesiae, Sublimis Deus y Omnímoda, mediante las cuales les concedieron los territorios, les encargaron la evangelización de los habitantes indígenas que en ellos moraban, prohibiendo que fueran esclavizados a la vez que determinaron ciertos derechos y obligaciones de la Corona.[2][3]
De esta manera, la Corona española pasó a adquirir una serie de derechos que anteriormente eran exclusivos de la Iglesia católica, tales como: organizar la presencia de la Iglesia en los territorios de América, cobrar el diezmo, organizar la distribución y presencia de misioneros, decidir en cuanto a la ubicación y oportunidad de construir iglesias y catedrales, presentar posibles candidatos para cargos eclesiásticos. Estos derechos y responsabilidades quedaron definidas bajo el Patronato Real y el Vicariato Regio, las cuales le conferían a la Corona española la supervisión y protección de la Iglesia.[4]
Las primeras órdenes religiosas que comienzan a operar en el continente americano se destacan la de los dominicos y la de los franciscanos.[5] Al mismo tiempo, prácticamente que los franciscanos, llegan al continente los mercedarios. Más tarde, la Orden de San Agustín y la Compañía de Jesús (jesuitas). Hacia el siglo XVIII los franciscanos tenían distribuidas por América unas treinta y dos misiones, en las que alojaban unas nueve mil personas.[6]
Pese a erróneas creencias populares, la conversión de la gran mayoría de los indígenas al catolicismo no se daría a través de la guerra, si no por medio de la persuasión a sus jefes, reyes, curacas o señores naturales (trabajo del que se encargaron los misioneros, que se volverían muy queridos en dichas comunidades). Cuando un Señor natural aceptaba la fe, todos sus súbditos y vasallos se convertían en un intento por imitarlo. Ya convertidos al catolicismo, el Señor Natural y sus indígenas obtendrían toda una serie de privilegios y prerrogativas por parte del gobierno virreinal, lo que les garantizaba muchas ventajas frente a los indígenas paganos, quienes no podían participar de la vida política virreinal. Sin embargo esto también puede ser tomado como una especie de imposición de ser evangelizado, ya que sino no podían obtener estas ventajas. Una de las obligaciones de los señores naturales católicos era el de evitar cualquier rebrote del paganismo entre su gente.[7]
“Yo soy cacique de mil indios, todos los de mi clase éramos hijos de padres engañados [...]
viviamos entregados a la idolatría e impiedad [...] por tales agravios el Demonio nos perseguía con forma de león, a veces de fraile y de gran culebra y nos decía que la Ley de Christo no era para los yndios […] seguí el camino del Demonio gran parte de mi vida y él me dio tanta autoridad para con los yndios, desde entonces y hasta este tiempo […] Dios sin embargo conforme a sus designios nos castigó como merecíamos por todos nuestros agravios [...] ahora que profeso esta sagrada religión por voluntad, en el nombre de Dios Todo poderoso y de nuestro Señor Jesuchristo el Mesias, yo declaro y acepto la Santa Fé y acepto en Dios la libertad del genero para siempre”
↑Evangelización y teología en América (siglo XVI)(Colección teológica). José Ignacio de Saranyana, 1584 pag. Servicio de Publicaciones, Universidad de Navarra (1990). ISBN 8487146333, ISBN 978-8487146336
↑"Slavery and the Catholic Church,The history of Catholic teaching concerning the moral legitimacy of the institution of slavery", John Francis Maxwell, 1975, Chichester Barry-Rose, ISBN 0-85992-015-1
↑Esplendores y Miserias de La Evangelización de América: Antecedentes Europeos y Alteridad Indígena (Pluralisierung & Autoritat). Wulf Oesterreicher, Roland Schmidt-Riese. 451 pag. Walter de Gruyter (2010). ISBN 3110236133, ISBN 978-3110236132
↑Cf. Historia de la Iglesia en América y Filipinas, a cargo de Pedro Borges, I, BAC, Madrid 1992, p. 211.
↑Gareis, Iris. La evangelización de la población indígena y afro, y las haciendas jesuitas de la América española: logros y desencuentros. IN Marzal, Manuel María & Tua, Sandra Negro (2005). Esclavitud, economía y evangelización: las haciendas jesuitas en la América virreinal. Fondo Editorial Pontifícia Universidad Católica del Perú, 2005.
H. Vander Linden, 'Alexander VI and the demarcation of the maitime and colonial domains of Spain and Portugal 1493-4', The American Historical Review 22 (1916)
Luis Weckmann, Las bulas alejandrinas de 1493 y la teoría política del Papado medieval: estudio de la supremacía papal sobre las islas (México: 1949)