Isabel Renata de Lorena (en francés, Élisabeth Renée de Lorraine; Nancy, 9 de octubre de 1574 - Braunau am Inn, 4 de enero de 1635) fue una princesa de Lorena, que por su matrimonio se enlazó con la Casa de Wittelsbach.
Vida y familia
Era la penúltima de los nueve hijos del duque Carlos III de Lorena de su matrimonio con la princesa francesa Claudia de Valois. Su madre murió al año siguiente de su nacimiento, dando a luz a su último vástago, una hija que no sobrevivió. Debido a esto, su abuela materna, Catalina de Médici, viuda del rey Enrique II de Francia, cuidó a sus nietos. Llevó a su corte a la mayor de ellas, Cristina, a la que casó con el gran duque de Toscana, Fernando I de Médici.
Matrimonio
En Nancy el 5 de febrero de 1595,[1] Isabel Renata se casó con su primo, Maximiliano de Baviera (hijo de su tía, Renata de Lorena). El matrimonio de celebró para reforzar los lazos de su padre con las monarquías católicas, además de sellar la alianza entre los príncipes que se mantuvieron fieles a la Iglesia católica. En 1597, su suegro, el duque Guillermo V de Baviera, abdicó y se retiró a un convento, por lo que Maximiliano ascendió al trono de Baviera. El matrimonio no tuvo hijos, algo que le causó mucho sufrimiento a la pareja.[2]
La relación con su esposo se ha descrito como buena y armoniosa. Isabel Renata es descrita como una católica muy devota, que pasó mucho de su tiempo en sus deberes religiosos, y se hizo conocida por su estilo de vida ascética. Como recién casada, fue vista como vivaz y alegre, pero se volvió más melancólica y depresiva con la edad. Maximiliano nunca dio ninguna influencia política o tareas a Isabel Renata, pero ella se dedicó con gran esfuerzo a la caridad.[3]
En 1619, el primo protestante del duque, Federico V del Palatinado, fue proclamado rey de Bohemia por los súbditos rebeldes del emperador. Los bávaros y loreneses acudieron en ayuda del emperador Fernando II. Federico V fue derrotado en la batalla de la Montaña Blanca, donde destacaron su marido, el duque de Baviera, y al príncipe de Vaudémont, sobrino de la duquesa. Desterrado del imperio, el príncipe palatino fue despojado de su dignidad electoral, que le fue conferida al duque de Baviera. Maximiliano I se convirtió así en el primer príncipe elector del Imperio. Sin embargo, la guerra continuó hasta 1648, devastando en particular Lorena.