Nació en una familia de médicos y estudió Medicina primero en Lyon y luego en París bajo la dirección de Guillaume Dupuytren. Tras obtener el título de médico en 1813, se incorporó muy joven al servicio de sanidad del ejército y participó en la última campaña de Alemania.[1] Sus descripciones de la lesión de Lisfranc se remontan a su época de cirujano militar en el ejército de Napoleón, ya que muchos jinetes sufrían caídas del caballo. Algunos se enganchaban en los estribos, por lo que era habitual que se produjera una fractura del antepié y un desplazamiento de los huesos del metatarso con respecto a los del tarso.
Después de su paso por el ejército, en 1814 se trasladó a París para trabajar como cirujano. Allí se convirtió en cirujano jefe del Hospital de la Pitié, sucediendo a Pierre-Augustin Béclard, y adquirió un gran renombre por sus cursos de medicina operatoria.[1] Sus conocimientos técnicos, así como su destreza, le atrajeron una importante clientela. Fue reconocido por sus habilidades, pero también por su carácter apasionado. Fue uno de los pioneros en ciertas intervenciones de gran complejidad, como la extirpación del recto y la amputación del cuello uterino en las mujeres.[1] También estableció una serie de normas para la ligadura y la amputación.
Murió a la edad de 57 años a causa de una "angina diftérica" (pseudomembranosa) complicada por una fiebre perniciosa. Está enterrado en el cementerio de Montparnasse de París.
Eponimia
Su nombre ha quedado asociado a dos procedimientos ideados por él, uno para desarticular el hombro con mayor rapidez y el otro para amputar el pie en su articulación tarsometatarsiana, con el fin de dejar al amputado una base de apoyo más amplia.