Es nieto del pedagogo Ezequiel Solana y sobrino en segundo grado del político y escritor Salvador de Madariaga. Está casado con Concepción Giménez Díaz Oyuelos y tiene dos hijos, Diego y Vega. En sus inicios profesionales, fue en 1975 profesor de Física del Estado Sólido en la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente trabaja en ESADE, impartiendo la Cátedra de Liderazgo y Gobernanza Democrática y con frecuencia escribe artículos de opinión para diversos medios y foros de opinión.
Biografía
Es hijo de Luis Solana San Martín, fallecido en 1962, doctor en Ciencias y profesor de Química, a su vez hijo del pedagogo y publicista Ezequiel Solana Ramírez, mientras que su madre, Obdulia Madariaga Pérez, fallecida en 2005, era hija del economista Rogelio de Madariaga y Castro, y prima carnal del pensador, diplomático y político, Salvador de Madariaga y Rojo (1886-1978), tío en segundo grado de Javier.[5] Es el tercero de cinco hermanos: mayores que él son Luis e Isabel, y menores Ignacio y Jesús.[6]
En 1971 regresó a España y empezó a trabajar como profesor asociado de Física del estado sólido en la Universidad Autónoma de Madrid, donde obtuvo el doctorado en Ciencias Físicas. En 1973 obtuvo la cátedra de esta especialidad en la Universidad Complutense de Madrid. Durante estos años publicó más de treinta artículos sobre la materia. Siguió vinculado a la vida académica hasta 1980 cuando la abandonó, absorbido por sus actividades políticas. Es asiduo asistente a las reuniones del Club Bilderberg.[7]
En diciembre de 1976, durante el XXVII Congreso Federal del PSOE, el primero celebrado en España desde la Guerra Civil, fue elegido secretario de organización y prensa de la Comisión Ejecutiva, en la que permaneció cinco años. Se le consideró amigo personal y estrecho colaborador del líder del PSOE Felipe González Márquez y uno de los responsables de la transformación del PSOE en los años siguientes a la muerte de Franco. El 20 de mayo de 1977 acompañó a González en su visita al rey Juan Carlos I en el Palacio de la Zarzuela.[cita requerida]
Durante los trece años que permaneció como, ministro Solana consiguió crearse una reputación de persona discreta y hábil diplomático. Durante los últimos años del gobierno de Felipe González logró mantenerse al margen de los escándalos de corrupción y de la implicación en la guerra sucia contra ETA (véase GAL), que caracterizaron el final del gobierno del PSOE.[cita requerida]
Para finales de 1995 Solana era el único miembro del primer gobierno de González que permanecía en él. Llegó a especularse en la prensa como el posible candidato a sustituir a Felipe González al frente del PSOE. Sin embargo, Solana saltó a la política internacional.[cita requerida]
Ámbito internacional
Secretario general de la OTAN
El 5 de diciembre de 1995 Solana fue elegido en secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), reemplazando a Willy Claes, quien se había visto obligado a dimitir por un escándalo de corrupción. Su nombramiento fue controvertido, ya que anteriormente Solana se había opuesto a la Alianza Atlántica y había escrito un documento denominado 50 razones para decir no a la OTAN.[8] El PSOE se había manifestado contrario a la OTAN, pero una vez en el gobierno cambió su posición. El 12 de marzo de 1986 en España se sometió a referéndum la permanencia en la OTAN, en un controvertido plebiscito en el que el gobierno y Solana hicieron campaña de forma exitosa a favor de la permanencia.
Con el fallido Tratado Constitucional en la Unión se estableció que las atribuciones del cargo de alto representante del Política Exterior y Seguridad Común las asumiese un ministro de Exteriores de la UE. El fracaso del citado Tratado en 2005 produjo que se abandonara la terminología que recordaba a la empleada en los Estados. El Tratado de Lisboa de 2007, adoptado bajo presidencia portuguesa, reforma la figura de alto representante, que ha asumido las competencias del comisario de Asuntos Exteriores y del alto representante y su titular ha pasado a ostentar una de las Vicepresidencias de la Comisión Europea y es miembro también del Consejo de la Unión Europea.
El presidente del Gobierno de España, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, propuso la iniciativa de que el ministro de Exteriores, mantuviese con su denominación, es decir, alto representante para la Política Exterior y Seguridad Común a causa de las reticencias generadas en el Reino Unido que consideró que su soberanía podría verse afectada. Esta iniciativa del jefe de Gobierno español no encontró oposición y fue aceptada por los miembros de la Unión, de esta forma el responsable de las relaciones de la Unión recibió la denominación de alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Pese a las suspicacias generadas en el Reino Unido, el alto representante ostenta las atribuciones previstas en el Tratado que se modificó en Portugal en 2007.
En 2003 la Unión Europa advirtió al gobierno de Estados Unidos que no podía haber una invasión de Irak sin pruebas claras de que dicho país tuviese armas prohibidas. En enero, Solana emitió un recordatorio al gobierno estadounidense de que sólo el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas puede determinar si una acción militar está justificada. La declaración de Solana llegó después de que los inspectores informaran que no habían descubierto “pistolas humeantes” en su trabajo.[9] En un artículo de opinión publicado en 2018, Solana comentó que las bases para la invasión estadounidense se sentaron antes de los atentados del 11 de septiembre de 2001.[10]
Por otra parte, en 2007 Solana apoyó decididamente la independencia de Kosovo respecto a Serbia, aunque ésta no ha sido reconocida por unanimidad por los Estados miembros de la UE, siendo España uno de los socios en no hacerlo. Por el contrario, se mostró contrario a que Abjasia pueda declararse independiente de Georgia o que el País Vasco lo haga de España.
El 5 de julio de 2009, Solana anunció que no renovaría en el cargo como alto representante de la Política Exterior y de Seguridad Común.[11] El 19 de noviembre de 2009 le sustituyó la británica Catherine Ashton, asumiendo las competencias previstas por el Tratado de Lisboa.[12]
Actividad posterior
A pesar de haber abandonado la política europea, sigue considerándose europeísta. En 2012 ratificó esta postura mediante la firma del manifiesto promovido por el sociólogo Ulrich Beck y el eurodiputado Daniel Cohn-Bendit en el que se pide una reconstrucción "de Europa desde la base". En el mismo sentido, junto a 300 intelectuales y académicos, Solana firmó en 2017 un manifiesto que abogaba por una refundación de la Unión Europea.[13]
En 2018, Estados Unidos niega el permiso de entrada a Javier Solana. El motivo es un viaje que realizó a Irán.[14]
En julio de 2019 fue elegido, por unanimidad, presidente del Real Patronato del Museo del Prado.[15]
El 14 de marzo de 2020 se informó que había contraído el COVID-19 y su ingreso en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid.[16] El 9 de abril recibió el alta médica tras casi un mes de hospitalización.[17]
El 8 de febrero de 2021 participó en el coloquio EEUU y China: ¿pueden convivir? Los retos para la UE, organizado por la Fundación Alternativas en la que Solana es patrono.[18]
El 17 de mayo de 2007 recibió el Premio Carlomagno de la ciudad de Aquisgrán, que distingue a personalidades por sus servicios a la unidad y el progreso de Europa, por su contribución a la paz.
En 2010 Solana recibió el Premio Ewald von Kleist que distingue, en el marco de la Conferencia de Seguridad de Múnich, a una personalidad que haya “obrado de manera muy especial por la paz y la resolución de conflictos”.[19]
↑«Javier Solana Madariaga». Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. 1 de enero de 2013. Archivado desde el original el 26 de diciembre de 2018. Consultado el 29 de enero de 2021.