José Moscardó Ituarte (Madrid, 26 de octubre de 1878-Madrid, 12 de abril de 1956) fue un militar español. Como militar más caracterizado de los sublevados en Toledo durante el golpe de Estado de julio de 1936, alcanzó celebridad por su defensa del alcázar de Toledo frente al asedio de las fuerzas gubernamentales durante los primeros meses de la guerra civil española. Posteriormente, ostentó el mando del Cuerpo de Ejército de Aragón hasta el final de la contienda. Durante el régimen franquista ocupó puestos relevantes, siendo jefe de la casa militar del Jefe del Estado, Capitán General de dos importantes regiones militares, Delegado Nacional de Deportes y presidente del Comité Olímpico Español.
Nació en Madrid en 1878.[1] José Moscardó inició sus estudios en la Academia de Infantería de Toledo en 1896, de la que salió al año siguiente como alférez por la necesidad de la época de cubrir las bajas de las guerras de Cuba y Filipinas. Pero no llegó a tiempo: el batallón expedicionario que debía llevarlo a Filipinas fue disuelto tras la derrota española.
Ciudad de Toledo: en la parte superior derecha, dominando la ciudad, el Alcázar, fortaleza donde las fuerzas mandadas por Moscardó resistieron un asedio de 70 días.
Moscardó encabezó el golpe de Estado en Toledo y, tras la llegada desde Madrid de fuerzas gubernamentales superiores en número, se hizo fuerte en el Alcázar de Toledo el 22 de julio junto con los oficiales implicados en la sublevación, un corto número de cadetes de la Academia (estaban en periodo vacacional), la mayor parte de los guardias civiles de la provincia y algunos paisanos voluntarios militarizados, junto con sus familias (más de 500 civiles) y algunas monjas.
Durante el asedio, los asediantes amenazaron con matar a su hijo Luis si el Alcázar no se rendía (y en efecto, sería asesinado el 23 de agosto, junto a otros 60 presos políticos y religiosos, como represalia por un bombardeo del bando sublevado).
Según la versión oficial del franquismo, en la conversación telefónica de 23 de julio de 1936, en la que intervino su hijo comunicándole que le iban a fusilar si no efectuaba la rendición, Moscardó respondió a este último: «Pues encomienda tu alma a Dios, da un grito de ¡Viva España! y muere como un patriota».[3] El asedio duró hasta el 27 de septiembre, cuando el Ejército de África al mando del general Varela entró en la ciudad, con el Alcázar prácticamente destruido. El asedio se convirtió en uno de los hechos más famosos de la Guerra Civil. Al ser liberados por las fuerzas del general Varela, Moscardó pronunció la siguiente frase: «Mi general, sin novedad en el Alcázar, se lo entrego destruido, pero con el honor intacto».[4] Por este hecho se le concedería a Moscardó la más alta condecoración española al valor, la Cruz Laureada de San Fernando. Algunos historiadores, como Herbert Southworth, han puesto en duda esa versión de la llamada y sostienen que fue una estrategia propagandística dado que no es verificable y tienen diversas contradicciones.[5]
El general Moscardó en el entierro de su hijo Luis, fusilado
Tras el final de la contienda bélica, ocupará diversos cargos hasta su muerte: jefe de la Casa Militar del Jefe del Estado (1939-1943; 1945-1946),[9] jefe de las Milicias de FET y de las JONS (1941)[10] y capitán general de la II (Andalucía) y IV (Cataluña) Regiones Militares. Una vez retirado del Ejército por haber alcanzado la edad reglamentaria, en el contexto de la posguerra fue nombrado Delegado nacional de Deportes,[11] cargo que ocupó entre marzo de 1951 y abril de 1956.[12] También ocupó la presidencia del Comité Olímpico Español,[13] desde 1941. Previamente a esto, como máxima autoridad del deporte español tras la Guerra, presidió la final de la Copa del Generalísimo de fútbol que disputaron en Barcelona, el 25 de junio de 1939, Sevilla F. C. y Racing Club de Ferrol.
Además de estos cargos, ejerció como procurador en las Cortes.[14]
Falleció en su domicilio particular del número 66 de la madrileña calle de Ayala el 12 de abril de 1956, y está enterrado en la cripta del Alcázar de Toledo.[15][16]
Vida privada
En 1906[1] contrajo matrimonio con María Guzmán Palanca, hija de un General de la Guardia Civil, con la que tuvo cinco hijos, José, Miguel, María, Carmelo y Luis. Dos de ellos, José y Luis, fueron fusilados sin
juicio previo por las milicias del Frente Popular en el verano de 1936.[17]
En 1947 el Ayuntamiento de Tarifa le concedió la Medalla de Oro de la Ciudad por el parecido de su gesta con la que protagonizara Guzmán el Bueno en el año 1294.
Alía Miranda, Francisco; del Valle Calzado, Ángel Ramón; Morales Encinas, Olga M. (2008). La guerra civil en Castilla-La Mancha, 70 años después. Cuenca: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Castilla-La Mancha.
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de Arce, Carlos (1998). Los generales de Franco. Seuba Ediciones.
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Michonneau, Stéphane; Núñez Seixas, Xosé M. (2014). Imaginarios y representaciones de España durante el franquismo. Madrid: Casa de Velázquez. ISBN9788415636656.
Morcillo, Aurora G. (2010). The Seduction of Modern Spain. The Female Body and the Francoist Body Politic. Rosemont Publishing. ISBN978-0-8387-5753-6.
Núñez Calvo, Jesús Narciso (2004). General Varela. Diario de Operaciones, 1936-1939. Almena Ediciones.