Las aguas servidas en la ciudad de Santiago son captadas por varios interceptores que recorren los siguientes tramos:[1]: 11
El primero corre paralelo a la ribera sur del río Mapocho hasta La Farfana.
El segundo corre paralelo a la ribera norte de la segunda mitad del Zanjón de la Aguada hasta La Farfana.
El tercero corre paralelo a la ribera sur del último tercio del Zanjón de La Aguada y lleva las aguas hasta la planta El Trebal.
El cuarto se inicia en Puente Alto y recorre el extremo sur de la ciudad hasta El Trebal.
Estos interceptores impiden que las aguas servidas se viertan y se mezclen con el caudal de los cauces naturales que atraviesan o bordean la ciudad.
Resultados del tratamiento
Las aguas limpias son entregadas al río Mapocho, poco antes de la desembocadura del zanjón de la Aguada y permiten el riego seguro de 130 000 hectáreas.[2]: 2
El lodo es reutilizado como fertilizante para la agricultura.[3]
Otro subproducto es gas generado por la degradación de la materia orgánica extraída de las aguas que es posteriormente procesado en una factoría cerca de la estación Central de Santiago y que sirve a los habitantes de Maipú.[3]
Se ha logrado reducir la propagación del tifus, hepatitis y desterrar el cólera. Otras 130 000 hectáreas de terreno agrícola son regadas con agua limpia.[1]: 17