”Típica expresión del teatro melancólico de Ibsen, filtra su humanidad y su clima de extrañas sugerencias a través de algunas escenas y halla, por lo general, un tratamiento inteligente y sincero por parte de su director.”[1]
”Era necesario adentrarse profundamente en el espíritu de su heroína, comprenderlo y expresarlo.para que todo el complicado armazón del humano problema no se derrumbase…Todo esto está felizmente logrado .”[1]
Por su parte Manrupe y Portela escriben que la película es una:
”Aburrida adaptación de Ibsen en que lo único interesante es descubrir a Zully Moreno corriendo “desnuda” por la playa al comienzo (y en la oscuridad).”[1]