León V o Levon V de Armenia (1342-1393) fue el último soberano del reino armenio de Cilicia, gobernando desde 1374 a 1393. En ocasiones también llamado León VI, si se cuenta a León I, señor de Armenia.
Tras varias batallas contra fuerzas superiores de mamelucos, terminó por refugiarse en la fortaleza de Kapan, donde se rindió. Los mamelucos lo llevaron a El Cairo en 1375, donde estuvo preso varios años y donde fallecieron su esposa e hija en 1381. Gracias a las gestiones del franciscano Jean Dardel, secretario suyo, en 1382, el rey de Castilla, Juan I medió por su liberación. León de Lusignan pudo llegar por fin a Venecia en diciembre de 1382; después estuvo en Francia, donde se entrevistó con Clemente VII, y más tarde viajó hacia la corte de su libertador, que le agasajó con todo tipo de honores.
De este modo tuvo la oportunidad de asistir en persona a la solemne boda del rey con doña Beatriz en la catedral de Badajoz, donde participó como testigo de la ceremonia; en agosto de 1384, durante el asedio de Lisboa, el rey de Castilla le concedió el señorío de Madrid, Andújar, Guadalajara y Villarreal (hoy, Ciudad Real) y una renta de 150.000 maravedíes.[1] También viajó a Santiago de Compostela antes de visitar la corte inglesa de Ricardo II, y finalmente se instaló en Francia. Su relación con España fue meramente crematística: cobrar las rentas. Nunca reclamó su trono y murió en Calais (Francia), el 29 de noviembre de 1393. Sus restos fueron enterrados en la basílica de Saint-Denis, cerca de París.[2] Tuvo una hija legítima, María de Lusignan (que murió antes que su padre), y dos ilegítimos, Guido y Esteban.
A su muerte, Jacobo I de Chipre, primo lejano de León, se convirtió en el pretendiente al título real de Armenia.
Su biografía puede seguirse gracias al franciscano Jean Dardel, autor de una Crónica de Armenia en la que se narran sus peripecias en Oriente;[3] también hablan de él los cronistas castellanos de la época, sobre todo Pedro López de Ayala, que recoge las andanzas de este personaje en la corte castellana.
↑Jean Dardel se convirtió en su consejero y actuó en colaboración con otro franciscano, Antonio de Monopoli, para procurar su liberación. Dardel permaneció en El Cairo hasta 1379 escribiendo las cartas que el rey le ordenó enviar a distintos monarcas europeos buscando la ayuda necesaria; finalmente se entrevistó con Pedro IV de Aragón, aunque la ayuda decisiva llegó de Juan I de Castilla a través de Gian Alfonso di Loric, que se encargó de negociar los pormenores de la liberación.
Bibliografía
T.S.R. Boase, ed., The Cilician Kingdom of Armenia, Scottish Academic Press, 1978.