Nació hacia 1320,[5] y en 1326 su padre fue asesinado en Toro por orden del rey Alfonso XI de Castilla, que confiscó las propiedades del difunto. Y María Díaz de Haro fue llevada a Francia donde vivió en la ciudad de Bayona. Estando en esta ciudad, Juan Núñez III de Lara, que era señor de Lara y uno de los magnates más destacados del reino castellano, solicitó desposarse con ella,[6] lo cual se llevó a cabo en ese mismo año.
Durante la primera parte del reinado de Alfonso XI, su esposo, Juan Núñez III de Lara, reclamó en su nombre las propiedades que habían pertenecido a su padre, guerreando contra el rey en varias ocasiones, hasta su reconciliación definitiva con el monarca, después de que este le hubiera sitiado y vencido en la ciudad de Lerma. Después de la paz acordada entre su esposo y el rey, ambos convivieron pacíficamente con el soberano castellano-leonés, que les ratificó la posesión del señorío de Vizcaya, al tiempo que se comprometía a no usar el título de señor de Vizcaya, que el monarca había utilizado desde 1332.[7]
María Díaz de Haro falleció 16 de septiembre de 1348,[8] y según algunos autores poco después de dar a luz a su hijo Nuño Díaz de Haro, que heredó el señorío de Vizcaya a la muerte de su padre, ocurrida en 1350 en la ciudad de Burgos.
Sepultura
María Díaz de Haro fue sepultada en el convento de San Francisco de Palencia, según consta en el testamento que su yerno, el conde Tello de Castilla, otorgó en Cuenca de Campos el 9 de agosto de 1368.[9][10] Y en dicho testamento también consta que sus restos mortales descansaban ante el altar mayor de la iglesia conventual de San Francisco, ya que el conde Tello,[11] que también fue sepultado en 1370 en el mismo convento,[12] ordenó expresamente que su cadáver fuera depositado «delante del altar mayor, par a par de mi suegra doña Maria»,[11] siendo esa la única información que se conoce sobre el enterramiento de María Díaz de Haro.[13]
Sin embargo, la capilla mayor de la iglesia de San Francisco de Palencia fue «remodelada» a principios del siglo XVI, y se desconoce dónde fueron depositados los restos de la señora de Vizcaya.[13] Y, por otra parte, conviene señalar que en la sacristía de la iglesia de San Francisco se conserva en la actualidad el sepulcro del conde Tello de Castilla, que dispuso en su testamento ser sepultado en un sarcófago recubierto de plata.[14]
Lucas de la Fuente, Julián (2005). Los señores de Vizcaya, siglos XI-XIV: el linaje de los Haro al frente del señorío. Colección Okoriko (1ª edición). Bilbao: Librería Anticuaria Astarloa, S.L. ISBN978-84-609-8483-2.
Menéndez Pidal de Navascués, Faustino (2011). Heráldica de la Casa Real de León y de Castilla (siglos XII-XVI). Con la colaboración de la Real Asociación de Hidalgos de España (1ª edición). Madrid: Ediciones Hidalguía. ISBN978-84-939313-0-8.
Palacios Casademunt, Ángeles; Alonso Ramírez, Paula M. (1992). «Inscripciones medievales en la ciudad de Palencia». Codex aquilarensis: Cuadernos de investigación del Monasterio de Santa María la Real (Aguilar de Campoo: Fundación Santa María La Real: Centro de Estudios del Románico) (7): 157-236. ISSN0214-896X. Archivado desde el original el 26 de octubre de 2014. Consultado el 20 de octubre de 2014.
Rodríguez García, Francisco (2002). Crónica del Señorío de Vizcaya. Obra original publicada en 1865 (1ª edición). Valladolid: Editorial Maxtor Librería. ISBN84-9761-029-6.
Salazar y Acha, Jaime de (2000). Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, ed. La casa del Rey de Castilla y León en la Edad Media. Colección Historia de la Sociedad Política, dirigida por Bartolomé Clavero Salvador (1ª edición). Madrid: Rumagraf S.A. ISBN978-84-259-1128-6.