María de la Concepción, María de los Dolores, María de la Encarnación Engracia, María de la Trinidad, María Mercedes Estanislada Josefa, María Josefa, María de la Asunción, José León, María Petrona, José Antonio de la Paz y María Luisa Demaría Escalada
Los comisionados cerraron a comienzos de 1812 un contrato para la compra de 1000 fusiles y 350 000 piedras de chispa con la firma Miller&Wambor.[4]
El 13 de mayo arribaron los comisionados y los pertrechos al puerto de Ensenada de Barragan a bordo del buque de bandera estadounidense Liberty y el 19 de mayo echaban ancla frente al puerto de Buenos Aires.
Habiéndose difundido entre la población la llegada al puerto de Buenos Aires del buque y el rumor de que la situación económica del gobierno revolucionario dificultaba su compra,[5] el 30 de mayo de 1812 se reunieron en casa de su padre, casado en segundas nupcias con Tomasa de la Quintana, catorce damas de la sociedad porteña.
Las patricias que serían conocidas como Sociedad Patriótica, donaron el importe de 13 fusiles[6] y dos onzas de oro para que cuando «el alborozo público lleve hasta el seno de sus familias la nueva de una victoria, podrán decir en la exaltación de su entusiasmo: Yo armé el brazo de este valiente que aseguró su gloria y nuestra libertad», en las palabras de su presentación, redactada por Bernardo de Monteagudo.
Las patricias solicitaron que cada uno de los fusiles adquiridos con su aporte llevaran el nombre de la donante para que «si el amor de la patria deja algún vacio en el corazón de los guerreros, la consideración al sexo será un nuevo estímulo que les obligue á sostener en su arma una prenda del afecto de sus compatriotas cuyo honor y libertad defienden. Entonces tendrá un derecho para reconvenir al cobarde que con las armas abandonó su nombre en el campo enemigo, y coronarán con sus manos al joven que presentando en ellas el instrumento de la victoria dé una prueba de su gloriosa valentía».[7]
El 26 de junio de 1812 el Triunvirato aceptó el donativo rindiendo «las más expresivas gracias á nombre de la patria».[7] publicándose en la Gazeta de Buenos Ayres.
Vida posterior
En palabras de uno de sus biógrafos, esta «patricia distinguida, era bella y dignísima, culta y de trato atrayente».[8] Su personalidad, sus relaciones familiares y su patriotismo fueron los motivos por los que «se destacó en los salones porteños».[8]
Tras la muerte de su padre en 1821, ausente su esposo y enferma su media hermana María de los Remedios de Escalada, María Eugenia de Escalada se retiró de la vida social.
Falleció en la Ciudad de Buenos Aires, Provincias Unidas del Río de la Plata, el 29 de octubre de 1822, siendo sepultada en la Iglesia de la Merced.
Tuvo numerosos hijos: María de la Concepción, María de los Dolores, María de la Encarnación Engracia, María de la Trinidad, María Mercedes Estanislada Josefa, María Josefa, María de la Asunción, José León, María Petrona, José Antonio de la Paz y María Luisa Demaría Escalada.
Una calle de la ciudad de Buenos Aires lleva su nombre.
↑El historiador Vicente Osvaldo Cutolo afirma que Petrona Salcedo era sobrina del VirreyVértiz, lo que es considerado erróneo por otras fuentes.
↑El historiador Vicente Osvaldo Cutolo menciona que comandó el Regimiento de Pardos y Morenos (Batallón de Castas) durante las Invasiones Inglesas al Río de la Plata. El comandante fue el teniente coronel José Ramón Baudrix, por lo que probablemente se refiera al mando de alguna de sus 9 compañías.
↑Estaba ya autorizada una operación mayor con el comerciante de Filadelfia Stephen Gerard, pero la falta de fondos obligó a cerrar con Miller y Wambor. Aguirre contaba con 11 690 pesos provistos por el gobierno y puso de su bolsillo 3310 más (Demaría, Historia de las armas de fuego en la Argentina, página 232).
↑La operación había sido cerrada pero la situación del fisco era realmente crítica. Para ese mes de mayo los gastos habían ascendido a 243 825 pesos, de los cuales 110 614, más del 45%, correspondían a gastos de guerra y 68 020, casi el 28%, a cancelación de deuda tomada por similares conceptos (Gazeta Ministerial del 5 de junio de 1812).
↑El valor aproximado de un fusil en buen estado rondaba los 12 pesos. Las piedras se valuaban en alrededor de 10 pesos el millar.
↑ abCarranza, Adolfo Pedro, Patricias Argentinas, página 23 y 24.