En 1508, contrajo matrimonio con Diego Colón, el hijo primogénito del almirante Cristóbal Colón, quien llevó a cabo una de las más importantes hazañas históricas: el descubrimiento de América. Los descendientes de este matrimonio fueron:[5]
El matrimonio llegó a Santo Domingo de Guzmán en 1509. Diego llegó con el título de virrey y almirante de las Indias. Entre 1515 y 1520, durante la ausencia de Diego en la isla, María se hizo cargo del gobierno.[6]
Al morir Diego Colón en 1526, todos sus hijos eran menores de edad. María Álvarez de Toledo, como su viuda, tomó la rienda de la familia y en 1530 decidió retornar a España a seguir el pleito que tenía su marido con el Fisco Real.[7] En los años posteriores vivió en España defendiendo los derechos de sus hijos ante los tribunales.
Finalmente el 28 de enero de 1536, el Consejo de Indias le quitó privilegios al heredero, entre estos el diezmo de las tierras de América y el título de virrey, compensándolo entre otros con el ducado de Veragua. Además, María consiguió para sus hijas una renta anual vitalicia de 500 000 maravedís, y para su hijo menor Diego el hábito de la orden de Santiago, además de la renta.
Regreso a Santo Domingo y muerte
María estuvo ausente de Santo Domingo desde 1530 hasta 1544. A su regreso encontró su hacienda arruinada debido al descuido y los robos de propios y extraños. Murió en el Alcázar de Colón, el 11 de mayo de 1549.
María y los restos de Cristóbal Colón y de Diego Colón
Diego Colón había dispuesto en su testamento de 1523 que los restos de su padre junto con los suyos fueran trasladados y enterrados en la catedral de Santo Domingo. Su viuda María pidió al rey Carlos I de España, por medio de la reina consorte Isabel de Portugal, la concesión de la capilla mayor de la Catedral de Santo Domingo para estos enterramientos así como para toda la familia.
El 2 de junio de 1537, María obtuvo el derecho a favor de su hijo Luis Colón con facultad de llevar allí los restos de su suegro Cristóbal Colón y los de su marido Diego Colón. En 1536 la virreina solicitó a los monjes del monasterio cartujo de Santa María de la Cuevas de Sevilla la entrega de los restos de ambos almirantes. Según documentos del monasterio, ese mismo año se desenterraron y fueron entregados a la virreina. La fecha del traslado de los restos no está totalmente clara; se menciona que fue antes de 1539[8] que la virreina María Álvarez de Toledo los llevó consigo en su regreso a Santo Domingo el 8 de agosto de 1544.[9] En todo caso, cuando María otorgó testamento en 1548, los restos de ambos personajes ya estaban en la dicha catedral. María pidió que su cuerpo no fuera enterrado en la misma sepultura de su marido Diego sino debajo de él, en el suelo de la capilla, junto al presbiterio del altar mayor.
A pesar de las diferentes teorías y fechas dadas por historiadores[10] en la exhumación y traslado de los restos de los dos almirantes, se coincide que fue María Álvarez de Toledo la persona que realizó todos los trámites y permisos para cumplir las cláusulas testamentarias de su marido Diego Colón.
era señora prudentísima y muy virtuosa, y que en su tiempo, en especial en esta isla y dondequiera que estuvo, fue matrona, ejemplo de ilustres mujeres.[2]
También se ha dicho de ella que:
Se dio en ella una dualidad de carácter que si bien debe considerarse propia de la mujer española de la época, en ella más que en otras alcanzó su máxima expresión. Por un lado, personificó a la femeneidad, al don exquisito y sublime de ser mujer mujer en el más amplio y profundo sentido de la palabra, sin excluir el de fiel madre y ejemplar esposa. Por el otro lado, supo mantener su posición y autoridad en todas las duras pruebas que la confrontaron, especialmente al enviudar. Nadie como ella, ni siquiera su suegro y marido, lucharon con tanto ahínco y tenacidad y por tan largo tiempo por defender los intereses de la familia Colón.[2]
↑Pérez Prendes Muñoz Arraco, José Manuel. La "desdichada virreina". Impulsando la historia desde la historia de las mujeres. Pilar Díaz Sánchez- Gloria Franco Rubio-María Jesús Fuese Pérez. Servicio de Publicaciones. Universidad de Huelva. I.S.B.N. 978-84-16621-56-9. P. 429.
↑González Ochoa, José María. Protagonistas desconocidos de la conquista de América. Ediciones Nowtilus S.L. Madrid. 2015. ISBN 978-84-9967-735-4.