Sorprende al visitante primerizo que, tras el largo serpenteo por la pista que asciende desde Cubillo de Ebro, se extienda una singular llanura de prados delimitados por buenos robles, en la que se ubica el caserío de Otero del Monte. El borde occidental de la misma, es un magnífico balcón desde el que tiene un amplio dominio visual e los montes centrales de Valderredible y Valdeprado del Río, con el Pico Bigüenzo a la cabeza
Con respecto a la fauna que puede observarse, no es extraño encontrarse con corzos, zorros, jabalíes y lobos. Por la noche suele ser habitual escuchar la llamada del cárabo.
Patrimonio histórico
El núcleo urbano consta de una docena de casonas de estilo cántabro (construcciones de un par de pisos y de piedra). Separadas del núcleo urbano podemos encontrar la ermita del pueblo y el centro cultural (antigua escuela de Otero que se ha habilitado como local de reunión para la gente del pueblo y visitantes en época estival).
Apartada del pueblo y semioculta entre un encantador bosquete de robles, se sitúa la humilde iglesia de San Mamés. Se construyó probablemente en el siglo XIII, con rasgos estilísticos a caballo entre el románico y el gótico que se aprecian sobre todo en la talla de los canecillos y en el ligero apuntamiento de los arcos.
Desde el año 1969, durante la temporada estival, Otero se convierte en la sede de uno de los campamentos juveniles más antiguos de Cantabria, organizado por el Grupo Scout Santo Cristo de Santander.