La película se filmó en 1984 en 16 mm y se amplió al año siguiente a 35 mm. Invitada al Festival de Cine de Berlín no se pudo completar el montaje y la sonorización a tiempo para concurrir. Fue exhibida por primera vez en el Festival de Cine de Santa Fe en 1991 y estrenada comercialmente en 1996.[1]
Sinopsis
Un hombre que observa la casual y constante desaparición de los obreros de una fábrica se pone a hacer averiguaciones.[2]
«…la directora …modifica mínimamente el contenido [del cuento] pero impone sus ideas en la reescritura fílmica…prefiere el costado social de la historia….En el tiempo en que fue realizada la película (1984) el alzamiento...de los obreros encerrados en el subsuelo era leído como una violenta liberación de desaparecidos del régimen político anterior a 1983. El tiempo transcurrido le da al tema otros toques más bien relacionados con un descuido social en favor de los trabajadores. Estas interpretaciones hablan bien de la película en la medida en que sus contenidos entendidos en su plasticidad mantienen vigencia más allá del tiempo en que fue producida...La acción es presentada bajo la óptica del más severo neorrealismo…severo y consecuente retrato de habitantes del suburbio dentro de un boliche y durante las fiestas del carnaval. Pepe Soriano…construye su personaje con su habitual destreza confiriéndole la humanidad que el sacrificado individuo requiere. Norma Ibarra ingresa con un rostro expresivo y Constanza Maral y Héctor Calori ponen la necesaria cuota de villanía a su desgraciada invención.»[2]
Manrupe y Portela escriben:
«El notable cuento de Bioy y su metáfora de usar el dolor como fuente de energía, en una adaptación por debajo del original.»[1]
Manrupe, Raúl; Portela, María Alejandra (2003). Un diccionario de films argentinos II 1996-2002. Buenos Aires: Editorial Corregidor. p. 184. ISBN950-05-1525-3.