El palacio ducal de Mantua (del italiano: Palazzo Ducale di Mantova), que ocupa una gran parte de la porción nororiental de la ciudad de italiana de Mantua, es, desde el siglo XIV, la sede ciudadana de los Gonzaga. Se encuentra en la Piazza Sardello.
Más que un palacio ducal debe hablarse de una ciudad-palacio, puesto que el complejo arquitectónico está constituido por numerosos edificios unidos entre sí por corredores y galerías, con patios, y vastos jardines. Entre esos edificios está el castillo de san Jorge (castello San Giorgio), fortaleza del siglo XIV y una basílica. La fachada es del siglo XV.
Ya antes de la llegada al poder de los Gonzaga estaban edificados los primeros núcleos del Palacio, aunque la historia del complejo se identifica sobre todo con la de la familia que gobernó la ciudad hasta 1707.
Durante el siglo XVI y principios del siguiente albergó una soberbia colección de pinturas, hasta que en 1627 el núcleo más valioso de ellas fue vendido a Carlos I de Inglaterra. El mismísimo Rubens se asombró del alcance de tal operación, que supuso un quebranto para el patrimonio artístico italiano pero se reveló providencial poco después, dado que las pinturas enviadas a Londres eludieron el saqueo que asoló Mantua en 1630.
Cuando Mantua se hizo austriaca, las restauraciones prosiguieron hasta la segunda mitad del siglo XVIII por obra de los gobernadores enviados por el Emperador.