El 5 de enero de 1929 se convocó a una convención, que se llevaría a cabo el 4 de marzo del mismo año en la ciudad de Querétaro, con la intención de formalizar los estatutos de la nueva organización y presentar al candidato presidencial del Partido Nacional Revolucionario. En 1929, el PNR surge como un partido de corrientes, de fuerzas políticas distintas pero afines, provenientes del movimiento de 1910. El PNR sería, en consecuencia, «la institución más poderosa para la competencia política, y el lugar adecuado para diseñar los primeros acuerdos y prácticas en la lucha por el poder público. Así pudo auspiciar relevos de gobierno por medio de elecciones y en condiciones de estabilidad social».[27]
Concebido como un partido de masas y con la intención autodeclarada de tutelar en los derechos de los trabajadores, promovió un creciente ascenso en la participación política por medio de movilizaciones populares, que reclamaba, a su vez, una mayor participación en los asuntos del Estado y una distribución equitativa de la riqueza. Durante los primeros años del partido, se tenía un carácter netamente socialista, que iba en contra de los elementos de centro derecha y extrema derecha que estaban proliferando en el país a raíz de los movimientos fascistas en Europa,[28] en 1936 se creó, como aglutinante del movimiento obrero, la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y, dos años después, para el ala ejidal, la Confederación Nacional Campesina (CNC). Más adelante, en 1943, se constituiría la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) que incluiría a los demás grupos que no era posible encuadrar en los otros organismos, como era el caso de los burócratas gubernamentales, los cuales desde un inicio participaron con un descuento de 10 centavos a su sueldo,[27] con lo que el partido configuraría una estructura general representante de los sectores obrero, campesino y popular, además de un grupo que integraría el ala militar del partido, la que sería parte del mismo hasta el año de 1946.[27]
Nueve años después, en 1938, luego de la ruptura entre el general Plutarco Elías Calles y el entonces presidente Lázaro Cárdenas,[29] en la cual participaron varios miembros distinguidos del partido, como el expresidente Emilio Portes Gil, se realizó un cambio en las directivas del partido a nivel nacional; y en sus filas se incluyó a varias centrales obreras del país que hasta entonces estaban oficialmente fuera del partido. Oficialmente, el nombre del partido cambió también, siendo ahora Partido de la Revolución Mexicana (PRM).[27]
En la misma década, surge el sistema partidista en México, ya que la presencia absoluta que mantenía en el escenario político nacional se ve cortada a partir de 1939, con la entrada de nuevos partidos políticos, que en su mayoría se formaban temporalmente bajo el auspicio y con la finalidad de lanzar la candidatura de alguna persona a la presidencia de la República, como fue el caso de la Unión Nacional Sinarquista. Así mismo, surgieron partidos cuya presencia ha perdurado y superado la candidatura de sus fundadores, como es el caso del Partido Acción Nacional. La mayoría de estos partidos fueron clasificados por el mismo PRI como partidos con ideologías y principios opuestos a los postulados de la Revolución.[27]
Conforme iba quedando atrás la época de guerrillas, y con la construcción de una amplia red de carreteras, se facilitó el abaratamiento de alimentos y el suministro de productos diversos; la organización sindical, el reconocimiento de los derechos obreros, el estatus jurídico para los empleados y la institución de pensiones civiles de retiro, dio una seguridad laboral que hasta entonces no se conocía. Por otro lado, el auge de la educación permitió aumentar la base de posibilidades de la que podía contar la población.[27]
Partido Revolucionario Institucional (desde 1946)
A partir de los años 1940, el partido fue testigo del crecimiento económico en México. La estabilidad lograda, que el partido se atribuía como única fuente de poder político en el país, fue sometida a fuertes presiones y exigencias para conservar la conquista del poder posrevolucionario. Asimismo, el PRI afrontaba un cambio generacional, producto del envejecimiento de los militantes formados en la lucha revolucionaria. Esto obligó a ceder lugares de poder a civiles con educación universitaria.
Desde 1946 y hasta 1968, el partido superó desequilibrios de poder que amenazaban con ceder a autoritarismos de izquierda o derecha, que aparecieron en el contexto de la Segunda Guerra Mundial y, posteriormente, la Guerra Fría. En 1947, el gobierno del PRI reconoció el voto de la mujer en las elecciones municipales, y en 1953, el derecho de las mujeres de votar y ser votadas en cualquier elección a nivel federal y local.
Sin embargo, estas medidas no impidieron el surgimiento de movimientos de inconformes que fueron tornándose más violentas, notables ya en los años cincuenta y más aún durante los años sesenta. En las elecciones federales de 1952, Miguel Henríquez Guzmán denunció falta de limpieza en las elecciones que le enfrentaban a Adolfo Ruiz Cortines. Eso produjo una oleada de protestas que provocaron, en varias entidades de la república, represiones con violencia por el gobierno de Miguel Alemán Valdés. En un intento de dar salida legítima a la oposición, finalmente el PRI permitió la pluralidad de partidos en 1963, cuando el presidente de México, Adolfo López Mateos, apoyó la introducción de los Diputados de minoría, por lo que los nuevos Diputados integrados al congreso pudieron aportar en la legislación electoral, de inversión extranjera y laboral. Esto permitió al panistaAdolfo Christlieb Ibarrola ser elegido diputado.
Las medidas tomadas para con la pluralidad política no contentó a todos los sectores de oposición, y el gobierno continuó con la represión violenta durante la década de los 60, provocando, a finales de la década de los 60, la masacre de Chilpancingo donde resultaron muertas 20 personas. Finalmente, el clima de represión y violencia rebasaría la civilidad del PRI de antaño, desembocando a finales de 1968 en la matanza de estudiantes del 2 de octubre en Tlatelolco, cuya orden de ejecución y responsabilidad directa se atribuye al presidente Gustavo Díaz Ordaz. En esta matanza fueron masacrados oficialmente entre 200 y 300 personas, sin embargo la mayoría de las fuentes actuales hablan de 1000 a 2000 muertos tan solo en ese hecho y otros 200 en hechos posteriores. Este hecho es ampliamente recordado aun en la actualidad y todavía fue mencionado en las elecciones de 2012. En 1971 se produjo otra matanza grave, la matanza del Jueves de Corpus, aunque la cifra de víctimas fue sensiblemente menor.
En ese momento, murió el viejo PRI conciliador y de dictablanda y nació un PRI represivo y desconectado con la población. La muerte misteriosa de Carlos Madrazo, expresidente en pugna con Gustavo Díaz Ordaz el 4 de junio de 1969 año electoral en un accidente aéreo sobre la ciudad de Monterrey, desató dudas de un posible asesinato. Inicia en ese momento, un período de declive.
Solamente iniciando un retorno a la época heroica e idealista de la revolución, en el sentido de sobreponer los intereses colectivos a los mezquinos intereses individuales, podremos afrontar las crisis políticas y de cualquiera otra índole que traten de provocar los eternos enemigos del proceso…"[30]
Etapa final del PRI en el gobierno (1977-2000)
" A balazos llegamos y los votos no nos sacarán ".
El sistema de partidos y la afirmación de la pluralidad política no se asentaron definitivamente hasta la reforma electoral de 1977.[40] A partir de entonces se trata de encauzar la resistencia política por una pseudo legalidad, y los partidos son reconocidos en la Constitución como entidades de interés público. La medida tuvo lugar cuando la oposición extrañamente entró en conflicto presentando candidato alguno contrario al candidato postulado para la elección presidencial por el PRI en 1976, presentando un riesgo serio para la legitimidad del mismo. Esta reforma electoral fue aprobada precisamente cuando el viraje hacia las dictaduras de derecha se encontraban en pleno auge en el sur del continente, con sus dramáticos saldos de represión y violación de los derechos humanos, similares a los acontecidos en México en la década anterior. En un marco que llamaba al autoritarismo en Latinoamérica. México simulaba una tímida apertura a una posible pluralidad democrática que sin embargo, en la práctica, nunca se dio, marcada por el fraude electoral y el descontento social que no apagaba producto de un inmigración masiva a la Ciudad de México.
El discurso político del PRI hablaba de avanzar hacia una democracia plural y competitiva, a través de reformas en el sistema electoral; fundamentalmente, en torno a las normas para la organización de las votaciones, las características de la institución encargada de ello, el sistema para la calificación de los comicios y la regulación de los partidos como entidades de interés público, con una vida institucional fortalecida legalmente.
En 1982, ocurre una masiva devaluación de la divisa mexicana, provocando una crisis severa y un riesgo de impago de la enorme deuda nacional. El desempleo, la inflación y la corrupción detectada tras este hecho, socavó, no solo los esfuerzos del PRI por mostrarse democrático, sino también su prestigio a nivel internacional. El candidato ganador en las elecciones Miguel de la Madrid tuvo la intensa tarea de subsanar los errores y desaciertos de su antecesor, el tristemente recordado presidente José López Portillo que incluso llegó a afirmar que defendería la divisa nacional "como un perro". Ante su eventual depreciación, la gente lo llamó simplemente el perro y dejó la presidencia en medio de un escándalo de proporciones épicas.
El terremoto de 1985, conmocionó al país y se crearon redes de solidaridad interpersonal mientras que el gobierno apareció como inoperante. En ese clima se celebraron las elecciones federales de 1988, plagadas de irregularidades[41] y donde hubo una amplia inconformidad tanto en la izquierda como la derecha democráticas ajenas al PRI.
Frente a la crisis electoral de 1988, el PRI inició una agenda de cambios que tendrían un impacto en la estructura económica y política del país. En 1989 se inició un ciclo positivo de reformas electorales hacia la competencia política que culminaron en 1996; este ciclo implicó la creación de instituciones y procedimientos que profesionalizaron y otorgaron autonomía a la organización de los comicios, con un cuerpo jurisdiccional para la calificación electoral, y lograron construir bases de equidad entre los partidos políticos en la competencia por el poder público. En estos no se registraron episodios de represión masiva, y las matanzas violentas estuvieron circunscritas al ámbito rural, entre ellas cabe citar la masacre de Aguas Blancas (1995) y la matanza de Acteal (1997) que afectaron especialmente a indígenas inconformes. Durante este período tras las polémicas elecciones de 1988, el PRI se mantuvo en el gobierno y no aparecieron evidencias serias de que su hegemonía estuviera amenazada en ninguna región del país. En ese tiempo si bien hubo estabilidad política, también hubo represión puntual, inestabilidad y fracturas, cercana todavía a los enfrentamientos propios del caudillismo de la etapa revolucionaria y con gran influencia o dependiente de quienes tenían mando de fuerzas armadas.
Es cierto que el régimen autoritario y represivo de los años 50, 60 y 70 dio paso a un régimen que toleraba la diversidad partidista y la situación mejoró progresivamente desde 1988 a la alternancia en el gobierno de 2000. Si bien los desaciertos y equívocos de quienes ejercieron responsabilidades públicas han estado sujetos a revisión en los términos de las leyes, y algunas personas han respondido por ello, ningún político de alto nivel fue juzgado o responsabilizado por los diversos crímenes de estados testimoniados en la segunda mitad del siglo XX.
De 1958 a 1982, el filósofo mexicano Emilio Uranga fue uno de los principales ideólogos del PRI, según José Manuel Cuéllar Moreno, autor del libro La revolución inconclusa: la filosofía de Emilio Uranga, artífice oculto del PRI.[42]
A lo largo de su historia, el PRI ha sido llamado "partidazo",[43] "aplanadora",[44][45] e "invencible".[46][47]
Alternancia y papel en la oposición (2000-2012)
El PRI (junto con sus antecesores directos PNR y PRM) logró retener para sí el gobierno de México desde el gobierno de Plutarco Elías Calles, controlando el Congreso de la Unión, la Presidencia de la República e incluso el Poder Judicial. Este sistema, donde no existía una separación de poderes efectiva, se mantuvo en el poder a base del corporativismo que aglutinó movimientos obreros, organizados por Fidel Velázquez Sánchez, Vicente Lombardo Toledano, Luis N. Morones, entre otros líderes sindicales, además de organizaciones campesinas y populares, cuyos líderes pertenecían al propio PRI.
En sus primeras etapas el PRI (más exactamente el PNR y el PRM) mostró una ideología nacionalista, reflejada en la expropiación petrolera, la formación una industria eléctrica nacional y la expansión de las empresas del Estado. La creación de sistemas de Salud y de Alimentación.
En los estados de la unión el PRI logró retener el poder de la misma manera que lo había hecho a nivel federal. Pero debido a su estancia larga en el poder, los medios estaban estrictamente controlados como en otros países-- solamente una minúscula fracción de los medios nacionales eran del dominio público, el Partido ejercía el poder mediante una policía secreta denominada Dirección Federal de Seguridad (DFS) y que existió hasta 1989, cuando se refunda bajo el nombre de Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN).
La alternancia de 2000 ocurrió con la necesidad de acuerdos especiales para vencer resistencias y para habilitar el traslado del poder de un partido a otro; también perdió simpatías debido al escándalo denominado Pemexgate, en el que quedó evidente el desvío de fondos, por conducto del sindicato petrolero, hacia la campaña presidencial de Francisco Labastida Ochoa, candidato por el Partido Revolucionario Institucional en el año 2000.
El PRI modificó sus estatutos en la XXII Asamblea para permitir la postulación de un ciudadano sin militancia como su candidato a la presidencia, «siempre y cuando el prestigio y la fama del ciudadano elegido pongan al partido en condición competitiva para ganar». Asimismo, se estipuló que tal persona debía comprometerse con la Declaración de Principios y el Programa de Acción del partido.[48] Sin embargo, se rechazó la propuesta de que el candidato fuera seleccionado por medio de una consulta abierta a los militantes.[49] En octubre de 2017, se eligió la «convención nacional de delegados» como el método de elección del candidato presidencial.[50] En este sentido, el 23 de noviembre, el PRI lanzó la convocatoria para la selección del candidato. El registro de interesados se realizará el 3 de diciembre y el 18 de febrero de 2018 se efectuará la convención de delegados.[51][52]
Aunque en un inicio, Meade descartó que los cambios estatutarios fueran un «traje a la medida» para favorecerlo,[61] desde agosto de 2017 se le llegó a considerar «el tapado» del PRI.[62] En noviembre siguiente, se consideró que Videgaray «destapó» a Meade durante un discurso ante el cuerpo diplomático de México, en el que lo comparó con Plutarco Elías Calles, por ocupar cuatro secretarías en dos gobiernos. Poco después, Videgaray negó haber destapado a Meade.[63][64] Por su parte, Peña Nieto aseguró al respecto: «Andan bien despistados todos, el PRI no elige a sus candidatos por aplausos».[65] No obstante, el 27 de noviembre, Meade renunció a su cargo y anunció sus intenciones de buscar la candidatura priista.[66]
Después de recabar el apoyo de los tres sectores y cuatro organizaciones que conforman el partido,[67] el PRI aprobó que se pudiera registrar como precandidato.[68] El anuncio fue criticado por la oposición y calificado de «dedazo».[69] Meade se registró como precandidato el 3 de diciembre.[70] Poco después, el 6 de diciembre, renunció el secretario de Educación, Aurelio Nuño Mayer, para coordinar la campaña presidencial priista.[71]
En los procesos electorales, federales y locales, de 2018 en México, el PRI obtuvo el peor resultado electoral de su historia, su candidato a la presidencia de la república por la coalición Todos por México obtuvo el más bajo porcentaje de votación que un candidato presidencial del PRI haya obtenido hasta el momento, también como candidato presidencial, no ganó ni uno solo de los 300 distritos federales electorales que hay en el país, tampoco en ninguna de las 32 entidades federativas, quedando en el tercer lugar de la elección a nivel nacional. Respecto a la elección legislativa, el PRI obtendría el número más bajo de integrantes en ambas cámaras del Congreso (senadores y diputados) en su historia. En las elecciones locales no logró ganar ni uno solo de los 9 estados que renovaron gubernaturas (perdiendo los estados que gobernaba: Yucatán y Jalisco).[72][73][74]
El PRI solo pudo ganar 15 de los 300 distritos federales electorales para la elección de diputados federales (donde será la quinta fuerza), y tan solo una fórmula de las 32 entidades federativas para la elección de senadores (Yucatán), la peor debacle en su historia en este ámbito, incluso en comparación con 2006 (cuando también quedó en tercer lugar en la elección presidencial).[75] A nivel local, en bastiones históricos, como el Estado de México, el PRI se fue al tercer lugar en alcaldías, perdiendo los municipios más importantes y la mayoría en el congreso local,[76] también el PRI perdió la gran mayoría de los congresos locales en disputa en 29 estados del país, y en los estados de Tlaxcala e Hidalgo no ganó ni un solo distrito electoral local.[77]
Fisuras en el PRI y el origen de otros partidos
Durante las primeras cuatro décadas de gobiernos emanados de los Partidos Nacional Revolucionario, de la Revolución Mexicana y Revolucionario Institucional, el país logró altas tasas de crecimiento económico. La estabilidad política y económica fue el origen del término milagro mexicano. Por estas razones y por una débil oposición, el dominio del PRI fue casi absoluto tanto en el ámbito federal como en los ámbitos estatal y municipal en todo el país.
Distintos analistas, sin embargo, consideran que el dominio casi total del PRI obedecía a su capacidad para controlar tanto la legislación como la organización y los procesos electorales. En la década de los sesenta, el PRI perdió elecciones municipales, en capitales de estados del norte de la República, que dieron inicio a un largo ciclo de reformas electorales iniciando en 1963 con la creación de los "diputados de partido" y concluyeron en 1997.
La necesidad de contar con mejores cuadros dentro de la administración pública para emitir políticas públicas más racionales y administrar esta más profesionalmente, atrajo a una nueva camada de funcionarios públicos, la mayor parte de ellos con estudios de posgrado, quienes desplazaron a la generación anterior, formada en las prácticas clientelares que habían caracterizado al partido.
La legitimidad del triunfo de Carlos Salinas en las elecciones del 6 de julio de 1988 ha sido muy cuestionada, debido una caída del sistema durante el proceso de conteo de los votos, anunciada por el entonces secretario de GobernaciónManuel Bartlett Díaz.
Escándalo en Zacatecas
Algunos de los candidatos federales del estado de Zacatecas mostraron su indignación ante el INE, ya que acusaron a Miguel Alonso Reyes (gobernador), y a Rosario Robles (secretaria de la SEDESOL) por la "compra de votos" mediante programas sociales, tales como el programa de empleo temporal. Además de que el candidato priista Benjamín Medrano Quesada tuvo una ventaja de 0.36% respecto a su opositor Saúl Monreal, pero 28 casillas no se contabilizaron.[80]
El reconocimiento inmediato y posterior entrega del poder por parte del gobierno encabezado por Ernesto Zedillo Ponce de León hacia el candidato de la oposición es un hito en la historia política de México, pues por primera vez la presidencia del país es transferida a un candidato opositor sin que medie la violencia.[cita requerida]
La crisis del año 2006
Seis años después, el candidato a la elección presidencial fue el político tabasqueño Roberto Madrazo Pintado; en la elección del 2 de julio de 2006 el PRI sufrió su más grave crisis política al perder por segunda ocasión consecutiva la Presidencia de la República quedando en un tercer lugar en la preferencia electoral con 9.3 millones de votos. El Candidato Roberto Madrazo Pintado no fue capaz de ganar en ningún estado del país pese a tener gobernadores en 17 entidades. El PRI ganó 5 estados en la elección de senadores y 65 de 300 distritos electorales.
Tras las grandes derrotas que sufrió en las elecciones de 2006, el PRI fue capaz de recuperarse electoralmente en el 2007 mediante las elecciones de algunos estados de la República: Tabasco (donde mantuvo la gubernatura), Yucatán (donde recuperó el gobierno), Chihuahua, Oaxaca, Durango, Aguascalientes y Veracruz. Al ganar estas gubernaturas, logró subir un 48 por ciento de las preferencias electorales a nivel nacional por encima del PAN y del PRD.
Para el año 2009, el PRI contaba con 20 gobiernos estatales, el 60 por ciento de la población del país y una mayoría en 20 de los 32 congresos locales. Del mismo modo, obtuvo el control de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
El 5 de julio de 2009 el PRI dio una muestra de su recuperación electoral frente a su anterior derrota de 2006. El PRI logró obtener en dichas elecciones federales estar cerca de la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, al ganar 237 diputaciones (184 por distritos electorales y 53 por la vía plurinominal) y obtener victorias totales o parciales en entidades como el estado de México, Coahuila, Oaxaca, Tamaulipas, Campeche, Quintana Roo, Tabasco, Jalisco y Yucatán. Además, en las elecciones para gobernador (que esa noche se dieron en 6 estados) el PRI ganó 5, mantuvo las de Colima, Campeche y Nuevo León, ganó las de Querétaro y San Luis Potosí, hasta entonces panistas, pero perdió la de Sonora, ganada por el PAN.
En 2010 el PRI seguía dando muestras de su recuperación electoral, al ganar 9 de las 12 elecciones para gobernador en disputa, y perdió 3 gobernaturas en aquel año.
En 2011 el PRI seguía ganando puestos que había perdido en los últimos años: a inicios de ese año perdió las elecciones de gobernador en Guerrero y Baja California Sur, ganadas por el PRD y el PAN, respectivamente, y en el resto del año ganó las gubernaturas del estado de México, Coahuila y Nayarit, y recuperó el estado de Michoacán.
↑Partido Revolucionario Institucional (2022). Estatutos. Archivado desde el original el 20 de noviembre de 2023.
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↑Discurso del licenciado Antonio Villalobos
al iniciarse la Segunda Convención Nacional del PRM. 18 de enero de 1946.
↑Javier Villegas (25 de marzo de 2011). Históricas frases. CORREO, Análisis y Perspectivas. Archivado desde el original el 1 de enero de 2017. Consultado el 31 de diciembre de 2016.
↑Delfina Hernández Domínguez (28 de mayo de 2012). Clima Político. InfoVeracruz, periodismo a la vanguardia. Archivado desde el original el 1 de enero de 2017. Consultado el 31 de diciembre de 2016.
↑Agüera Ibáñez, Enrique; Benemérita Universidad Autónoma de Puebla; Dirección General de Fomento Editorial; Benemérita Universidad Autónoma de Puebla; Programa de Estudios Universitarios Comparados (2008). El 68 en Puebla: memoria y encuentros. Benemérita Univ. Autónoma de Puebla. ISBN9789688637265. Consultado el 18 de diciembre de 2017.
↑En su quinto informe de gobierno en 1969, Díaz Ordaz declaró «Asumo íntegramente la responsabilidad personal, ética, social, jurídica, política e histórica por las decisiones del gobierno en relación con los sucesos del año pasado».
↑«No, la orden fue al Ejército. En realidad todo lo manejó Diaz Ordaz», en Cárdenas, Rogelio. «Díaz Ordaz “lo manejó todo”», notaArchivado el 29 de septiembre de 2008 en Wayback Machine. en el periódico El Universal, 28 de septiembre de 2008.
↑Alfredo Valadez y Diana Manzo (10 de junio de 2015). «Alonso "ayudó al PRI a tener carro completo" en Zacatecas: PRD.». La Jornada. La Jornada.|fechaacceso= requiere |url= (ayuda)