¡Salud, salud, o dulce Guatemala,
Origen y delicia de mi vida!
Deja, hermosa, que traiga a la memoria
Las dotes las ofrendas que convidas:
Tus fuentes, agradables, tus mercados,
Tus templos, tus hogares y tu clima.
Ya me parece que tus altos montes
A lo lejos mi vista determina,
Y las praderas y campiñas verdes
Que terna primavera fertilizan.
Cada rato que cercan las ideas
De los torrentes de aguas cristalinas,
Y sus playas techadas de sombríos,
Por donde las corrientes se deslizan:
Los retretes de adornos decorados;
Y los verjeles de las rosas chiprias.
¿Qué fuera, si yo el lujo recordase
De dorados damascos y cortinas,
Ya de sedas vistosas, ya de lanas
Con la tyria escarlata bien teñidas?
Para mí siempre fueron estas cosas
Un nutrimento, un gusto bien sentido,
Y dulce alivio que socorre al alma
En los pesares y aflicciones mías.
Me engaño ¡ah! trastornaron mi cabeza
Las ilusiones que el delirio pinta!
Lo que era poco ha del gran Reino
Ciudad capital, soberbia, altiva,
Ora no es más que escombros y montones.
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Sin casas, plazas, templos, ni guaridas.
No quedó ya refugio al vecindario,
Ni trepando del monte la alta cima;
Pues los fragmentos eran precipicios
Que Júpiter fraguó para la ruina.
Pero ¡qué digo! Salen ya del polvo
Desde el umbral repuestos, reconstruidos,
Hasta la cumbre los suntuosos templos
Con elegante y sólida maestría.
Ya las fuentes se asocian con los ríos:
Ya las plazas exhaustas y vacías
Se encuentran ocupadas por la turba
Restituida a la calma primitiva.
Recobra la ciudad rápidamente
De sus mismos destrozos nueva vida,
Acaso más feliz ¡quiéralo el Cielo!
Cual otro fénix de inmortal ceniza.
Gózate ya ¡resucitada Madre!
¡Capital de aquel Reino la más rica!
Libre vive desde ahora para siempre
De temblores, de sus y de ruinas;
Y yo haré resonar hasta los astros
El eco tierno de canciones vivas,
Que pregonen el triunfo esclarecido
Que has alcanzado de la muerte impía.
Acepta, en tanto, aqueste ronco plectro,
Treste consuelo de amorosa rima;
Y que por premio conseguir yo pueda
Poseer en ti mi suspirada dicha.
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