El tubo criboso corresponde a una serie de células vivas anucleadas que funcionan como el principal conductor del floema; presente, en especial, en las plantasespermatofitas. Las células que lo constituyen están vivas y son alargadas, con paredes terminales inclinadas u horizontales, se disponen continuándose la una a la otra, conectándose a través de sus extremos en los que se sitúa la placa cribosa.[1]
Esta serie longitudinal de células, que se denominan "elementos" o "miembros de tubos cribosos", y que podemos encontrar en las angiospermas (excepto en Austrobaileya scandens y en Sorbus aucuparia), se pueden interconectar mediante placas cribosas simples o bien placas cribosas compuestas; además, se presentan áreas cribosas normales, que están más o menos especializadas y que resultan poco visibles, en los laterales de la pared celular. Estas células se asocian durante su ontogenia con células acompañantes, morfológica y fisiológicamente (en tanto que las células cribosas, que en Pteridophyta y Gymnospermae realizan la misma función que el tubo criboso, se asocian con células albuminosas).[3]