Piano de jazz es un término colectivo que hace referencia a las técnicas que utilizan los pianistas para tocar jazz. Por extensión la palabra puede hacer referencia a las mismas técnicas en cualquier otro instrumento de teclado. El piano ha sido un elemento integral del idioma del jazz desde sus comienzos, tanto en interpretaciones como solista o en conjuntos musicales. Su rol es multifacético, en gran parte debido a la naturaleza del instrumento que combina aspectos melódicos y armónicos. Por esta razón es también un elemento importante en la comprensión de la teoría del jazz y sus arreglos por parte de músicos y compositores de jazz. Junto con la guitarra, el vibráfono, y otros instrumentos de teclado, el piano es uno de los pocos instrumentos en un conjunto de jazz que pueden tocar acordes, en lugar de notas aisladas (como es el caso del saxofón o la trompeta).
Historia
Jazz tradicional y swing
El primer pianista de jazz de cierta importancia fue Scott Joplin (1868-1917). Conocido como El rey de los compositores de Ragtime, Joplin elevó el estilo pianístico de los artistas que trabajaban en saloons y locales similares a una forma de arte apreciada por millones de norteamericanos, estableciéndose al mismo tiempo como el compositor afroamericano más exitoso de todos los tiempos.[1] Jelly Roll Morton, uno de los primeros gigantes del jazz y la persona que pretendió para sí el título de Inventor del Jazz, fue el primer gran compositor de jazz propiamente dicho de la historia, y muchas de sus obras están aún hoy consideradas por la crítica entre las más importantes de la historia del género.[2] Fats Domino, por su parte, surgiría del ambiente de Nueva Orleans para establecerse como una de las grandes figuras de R&B y del Rock and roll, mientras que James P. Johnson, un pianista de Harlem, fue uno de los primeros músicos que comenzó a explorar el arte del acompañamiento. De Harlem proceden también Willie "The Lion" Smith, Lucky Roberts, Duke Ellington y Fats Waller y es de ese mismo lugar de donde procede el famoso Stride, un estilo pianístico caracterizado por la alternancia de una nota de bajo en tiempos impares y un acorde con la mano derecha en los tiempos pares.[3] Precisamente Fats Waller, uno de los más grandes pianistas de todos los tiempos y uno de los más influyentes,[nota 1] ha pasado también a la historia como un magnífico compositor y entertainer, además de haber sido responsable de la popularización del órgano y del Hammond.[4]
El Boogie-woogie fue otra de las corrientes principales entre los primeros pianistas de jazz. Observados con cierto desprecio por los pianistas de Harlem y de ragtime, los músicos de boogie, un estilo que tuvo su epicentro en Chicago, se reunían a menudo para tocar una música que hundía sus raíces en el blues y en el ambiente sureño. El obstinato del boogie, un patrón repetitivo y muy acentuado de bajo parece tener su origen en los patrones con los que los cantantes de folk y blues del sur de Estados Unidos se acompañaban a sí mismos con el banjo o la guitarra. De Texas era Sam Price, uno de los pianistas más genuinos de blues y boogie,[5] pero corresponde a Jimmy Yancey el honor de ser reconocido ampliamente como el inventor del estilo,[6] junto, quizá, a Jimmy Blythe.[7] Meade Lux Lewis, por su parte, popularizó el Honky Tonk, un estilo similar que tiene por bandera su Honky Tonky Train Blues.[8]
Earl Hines está a la cabeza de una tercera rama del desarrollo pianístico temprano, el conocido como estilo de viento, desarrollado con posterioridad a los anteriores. El piano de Hynes recibió el calificativo de Trumpet Piano Style porque las octavas que ejecutaba con la mano derecha recordaban a las líneas de Louis Armstrong y supuso el comienzo de una escuela que tendría como principales seguidores a Mary Lou Williams, Teddy Wilson, Nat King Cole y -especialmente- Bud Powell, además de incontables pianistas contemporáneos.[9] Mary Lou Williams, considerada por la crítica como la más grande figura femenina del jazz, merece en realidad un puesto de honor en la historia de esta música con independencia de su sexo.[10] Teddy Wilson, famoso por su asociación con Benny Goodman, continúa la senda abierta por Hynes en una dirección más accesible,[11] pero es en Art Tatum en quien confluye todo lo que se había logrado en el piano de jazz hasta la época en que se hizo famoso, esto es, a mediados de la década de 1940. Considerado como uno de los mayores talentos naturales que ha dado el jazz a lo largo de su historia, no es sólo que la impresionante capacidad técnica de Tatum le permitía ejecutar líneas y fraseos a dos manos que estaban muy lejos del alcance de cualquier otro pianista de su época, sino que las innovaciones armónicas del músico tardaron más de 30 años en ser asimiladas por el resto de sus colegas, que aún hoy, más de medio siglo después de su muerte, quedan sobrecogidos ante su increíble virtuosismo.[12]
Bop
Bud Powell representa el otro extremo del virtuosismo y su aparición supuso una transformación profunda en la técnica de los pianistas y en la aproximación hacia el instrumento. Considerado como una de las más grandes figuras del jazz, Powell transformó el vocabulario bop de Charlie Parker adaptándolo al piano, pero sus innovaciones tuvieron lugar de manera paralela a las de Bird. Enormemente influyente, el legado de Powell está presente en prácticamente todos los pianistas de jazz que surgieron tras él y su figura es un referente imprescindible a lo hora de entender el moderno piano de jazz.[13]
Lennie Tristano es una figura crucial en la historia del piano de jazz. Fundador en 1951 de la Escuela Tristano de Nueva York, la primera institución de este género en su país, el músico consagró su vida profesional casi en exclusiva a la enseñanza. En el plano técnico, la aportación fundamental de Tristano fue adaptar al lenguaje bebop de Charlie Parker y Bud Powell ciertas prácticas comunes entre los músicos clásicos contemporáneos, como el empleo de efectos politónicos[nota 2] o el extensivo uso del contrapunto. Además, Tristano fue un precursor de lo que una década más tarde vendría a llamarse free jazz: los experimentos de Tristano en este campo, al lado de Lee Konitz, Warne Marsh, y Billy Bauer se remontan a 1949, más de una década antes de que Ornette Coleman publicase sus primeros discos.[15]
Red Garland o Ray Bryant pertenecen al grupo de pianistas de hard bop, como Wynton Kelly, Junior Mance, Les McCann, Ramsey Lewis o Bobby Timmons, estos últimos también influenciados por el funk, el soul y el gospel. Tommy Flanagan pertenece asimismo a la generación de pianistas hard bop, pero posee un toque más delicado, mientras que Barry Harris goza de un enorme talento y del respeto de sus compañeros músicos. Horace Silver, también inspirado por el funk y por el soul ha extendido la herencia de Powell de forma particularmente convincente, con un original sentido de la forma que se ha convertido en la fórmula del éxito de su quinteto.[16]
Thelonious Monk fue el creador de una música irreverente, llena de sorpresas y absolutamente original, cuya validez no supieron valorar los críticos contemporáneos por no ajustarse a las normas y a la lógica establecidas, antes de ser proclamado unánime y repentinamente como un genio. Cronológicamente anterior a Bud Powell, ya en 1947 había diseñado las líneas maestras de una música que no cambiaría esencialmente en los siguientes 25 años, que influiría notablemente en pianistas como Randy Weston, Herbie Nichols o Mal Waldron, y que tiene por bandera algunos de los standards más famosos y versionados de la historia del jazz, como Straight No Chaser, 52nd Street Theme, Blue Monk y, sobre todo, su célebre Round Midnight.[17]
Bill Evans fue uno de los pocos músicos blancos en ser admitido en los círculos del hard bop, a pesar de poseer un toque muy diferente al de la mayoría de pianistas de ese estilo. Seguidor de la escuela Tristano -es señalado por la crítica como "el Chopin del moderno piano de jazz"-, Evans fue, además, el primer pianista de jazz modal con su participación en el clásico Kind of Blue de Miles Davis.[18] Considerado por la crítica, junto a McCoy Tyner como el pianista más infuyente de todos los tiempos, su legado se deja sentir en la obra de gigantes como Herbie Hancock, Keith Jarrett, Chick Corea o Brad Mehldau.[19]
Entre los pianistas al margen de las corrientes establecidas podemos citar a Jaki Byard, un músico que surgió del grupo de Charles Mingus con un toque anclado en el estilo de los años veinte y a la vez muy moderno. Milt Buckner, de la orquesta de Lionel Hampton creó un estilo de acordes en bloque que simula en el piano el efecto de una orquesta entera, un estilo que adoptó George Shearing fusionándolo con una sensibilidad más clásica.[20] Dave Brubeck, un músico de formación clásica, disfrutaba con la pollirritmia y la politonalidad (tocar en dos tonalidades al mismo tiempo) desde el principio de su carrera, fue uno de los primeros músicos de jazz que pudo exponer su música en campus universitarios y su obra es una prueba de que la innovación y la comercialidad no tienen porqué ir reñidas.[21] También John Lewis desarrolló un estilo personal, minimalista en el sentido de la economía de notas que ya había utilizado, con fortuna, Count Basie años atrás.[22]
Erroll Garner, uno de los pianistas más personales de todos los tiempos, demostró que se podía ser un pianista brillante sin tener idea de teoría musical, que se podía alcanzar la popularidad sin comprometer la calidad de la música y que un artista puede seguir sonando original mientras permanece fiel a su estilo.[23] La originalidad, el virtuosismo y el sentido del humor desplegados en la música de Garner hacen de él un artista independiente e inclasificable, pero hubo dos pianistas que estuvieron cerca de su estilo: Ellis Larkins era capaz de tocar algunos de los mejores acompañamientos de piano de jazz de la historia, y Ahmad Jamal, considerado por los críticos como un buen artista de salón, era reverenciado por músicos del calibre de Miles Davis, quien se refería a Jamal como un verdadero genio.[24]
Andrew Hill fue un pianista inclasificable cuya obra orbitó siempre en torno a loas fronteras del free jazz y cuyo piano se caracteriza por un elástico uso del tiempo, un particular sentido de la melodía y un constante aire de espontaneidad que libera su toque de cualquier clase de formulismo.[27] Dollar Brand, desde una perspectiva similar, fusionó los sonidos de su Sudáfrica natal con la sensibilidad y la técnica de los músicos clásicos, mientras que Keith Jarrett revolucionó el mundo del jazz con sus conciertos a piano solo totalmente improvisados y con sus posteriores exploraciones de standards con su trío.[28]
Herbie Hancock es, como su mentor Miles Davis, una de las figuras más reverenciadas y a la vez controvertidas de la historia del jazz, con una obra arriesgada y extraordinaria que ha recorrido todos los desarrollos que han tenido lugar en el mundo del r&b, del funk y del jazz electrónico, volviendo siempre una y otra vez a su amor por el jazz acústico. El piano de Hancock hunde sus raíces en la obra de Bill Evans, pero recoge influencias muy diversas, que van desde el blues, el funk, el gospel o la música clásica moderna para cristalizar en un estilo absolutamente personal tanto en su trabajo pianístico como en su trabajo con los sintetizadores. Hancock ha desarrollado su estilo pianístico a través de una concepción armónica y rítmica urbana y compleja, cuyos licks[nota 3] han sido copiados hasta la saciedad por músicos más jóvenes, pero además, como ingeniero que es de formación, se siente como pez en el agua en el mundo de los instrumentos electrónicos, los sintetizadores y los samplers.[29]
El más importante pianista de la corriente principal del jazz desde el comienzo de la década de 1970 es McCoy Tyner, un pianista que surgió en el grupo de Coltrane y que durante muchos años ha recibido el reconocimiento como mejor pianista en la mayor parte de las encuestas de jazz en el mundo.[32] Considerado, junto a Bill Evans como el pianista moderno más influyente de los últimos 50 años, sus voicings han sido adoptados por una enorme cantidad de pianistas jóvenes. Pianista virtuoso y absolutamente único (su concepción del piano en la década de 1960 no era comparable a la de ningún otro colega), el estilo pianístico de Tyner ha evolucionado ganando en solidez sin variar sustancialmente durante las últimas décadas.[33]
↑La influencia de Waller es evidente en Art Tatum, Teddy Wilson, Thelonious Monk, Count Basie, John Lewis o Dave Brubeck, entre otros (Berendt, pp 429-430)
↑Tristano adaptó esta técnica, que había tomado en Stravinsky, en temas como Out on a Limb
The Jazz Piano Book por Mark Levine: Un libro "sobre como hacer" respecto a este tema.
Metaphors For The Musician por Randy Halberstadt: Explicaciones sobre casi todos los aspectos del jazz piano.
Stylistic II/V7/I Voicings For Keyboardists por Luke Gillespie: Cubre todos los estilos de comping, desde esquemas básicos y fundamentales a los modernos.
Forward Motion por Hal Galper: An approach to Jazz Phrasing.
Jazz Piano: The Left Hand by Riccardo Scivales (Bedford Hills, New York, Ekay Music, 2005): Un método que cubre todas las técnicas para la mano izquierda utilizadas en el jazz piano (como también un estudio de la historia de la mano izquierda en Jazz Piano), con cientos de ejemplos musicales.
"The Jazz Musician's Guide to Creative Practicing" por David Berkman: Trata sobre la problemática de la jazz de improvisación con énfasis en el piano, aunque también cubre los otros instrumentos. (Entretenido y con buen humor).