Sobrino de Botín es un restaurante de Madrid situado en la planta baja del número 17 de la calle de Cuchilleros, junto a la Plaza Mayor de Madrid.[1] Está relacionado con la antigua Hostería Botín o Casa Botín que figura en el Libro Guinness de los récords como el más antiguo del mundo.[2][3]
Pedro de Répide sitúa la original Hostería Española, fundada en 1621, y luego conocida como ‘Casa Botín’,[4] en la plaza de Herradores, la misma que el escritor Benito Pérez Galdós menciona en su novela Misericordia en Herradores y como fonda-mesón.[5] Por su parte, Peter Besas asegura que ninguno de los viajeros que visitaron Madrid en el siglo xix, y que posteriormente han documentado sus viajes, menciona “Botín”.[6] Autores extranjeros de guías de viaje como William Pitt Byrne[7] (1866) especulan con que el Botín de Herradores fuera un simple figón. Finalmente, Beatrice Erskine en 1922, en su Madrid, past and present, diferencia la Casa Botín de la Plaza de Herradores, de la Pastelería de sobrino de Botín (a su vez también mencionada por Galdós como pastelería en Cuchilleros), como establecimientos distintos, «muy modestos, pero pintorescos».[8]
El edificio que ocupa el restaurante Sobrino de Botín presenta una fachada de ladrillos con vista clásica del siglo XVI y ocupa cuatro plantas del mismo. La cocina es tradicional castellana. Está catalogado como el local número tres en la “lista de los imprescindibles de Forbes”.[9]
Historia
Según figura grabado en piedra en la fachada del edificio, la primitiva Fonda Española fue abierta en el año 1725, fundada por el francés Jean Botin y su esposa como fonda,[10] y que algunos autores relacionan con la Hostería Botín.[11][a] La bodega es de 1590.
En 1868, el local incluyó en su reforma un horno de leña.[b] Tras la muerte de los Botín, el negocio pasó a un sobrino, Cándido Remis (parentesco que se refleja en el nombre actual del local). Una cédula mostrada en sus paredes da noticia de la solicitud en 1590 del privilegio de exención de huéspedes de aposento. Se anota también que en 1860 desaparecen los alojamientos, es decir la función como fonda.[12][c]
Una de las placas de la fachada, colocada por la Cámara de comercio e Industria el 25 de mayo de 1971, recuerda la mención de este lugar por Benito Pérez Galdós en su obra Fortunata y Jacinta.[13] En la novela, sin embargo, aparece como pastelería («anoche cenó en la pastelería del sobrino de Botín»).[14][15] También lo menciona Galdós en Misericordia, dando algunos detalles culinarios:
«Celedonia, ponte tu falda nueva, que vas a casa de Botín. Te apuntaré en un papelito lo que quiero, para que no te equivoques». Dicho y hecho. ¿Y qué menos había de pedir la señora, para hacer boca en aquel día fausto, que dos gallinas asadas, cuatro pescadillas fritas y un buen trozo de solomillo, con la ayuda de jamón en dulce, huevo hilado, y acompañamiento de una docena de bartolillos?»[16]
Ya a partir de 1920, "Sobrino de Botín" abrió sucursales en forma de merenderos en la Dehesa de la Villa.[17] Y a partir del siglo XX, Botín sería regentada por la familia González, formada por Amparo Martín y Emilio González, que en enero de 2004, abrió una sucursal en México (con una réplica exacta del horno original que se encuentra en España).[cita requerida]
Características
Sobrino de Botín reproduce en su local –que ocupa cuatro plantas del edificio–, un estilo mobiliario del siglo XVI, con los techos bajos y una decoración recargada de muebles y reliquias del pasado. Tiene acceso por una única entrada cubierta de madera. Trabajan casi 70 personas en sus instalaciones, con capacidad para unos 200 comensales; por regla general se sirven entre 350 y 400 comidas y cenas, habiendo registrando su récord en 735 por día.[18]
Al parecer Francisco de Goya estuvo trabajando en sus cocinas en 1765 (con 19 años), antes de destacar como pintor.[20] Ernest Hemingway fue un asiduo visitante durante sus estancias en Madrid, experiencia que traslada a uno de los personajes de The sun also rises (Jake) que declara haber comido en «Botín».[21] Otros escritores en lengua inglesa que mencionan el lugar fueron por ejemplo Graham Greene, en Monseñor Quijote, y Frederick Forsyth en El manifiesto negro y en Cobra. También el político Indalecio Prieto habla en su libro Mi vida de los «deliciosos bartolillos de Botín».
Notas
↑El cronista de Madrid Pedro de Répide, uno de los más fiables de su historia, explicaba en su artículo dedicado a la calle de Cuchilleros que en ella había en el primer tercio del siglo xx «una célebre hostería, desglosada de otra famos cuyo mismo nombre recuerda, y donde la glotonería madrileña puede ser satisfecha con los corderos asados y los besugos al horno».
↑Resulta casi legendaria la afirmación de que su horno nunca se ha apagado (ni siquiera durante la guerra civil española, ni durante la pandemia del coronavirus.
↑ A pesar de afirmar en la publicidad ser el restaurante más antiguo del mundo, como bien recuerda Peter Besas en su estudio de las fondas madrileñas, hay precedentes más antiguos, como el Stiftskeller St. Peter en Salzburgo (Austria) en el año 803, el Hundskugel en Múnich, que data del 1440, y la Tour d'Argent en París, fundada en 1582.