Las tomaínas son similares en sus propiedades químicas, físicas y fisiológicas a los alcaloides, que son bases vegetales nitrogenadas, a las leucomaínas, producidas normalmente en el cuerpo de los animales, y a ciertas toxinas, que son productos de secreción de animales y bacterias. La mayoría son aminas y contienen el radical NH2; algunas, como la putrescina, NH2(CH2)4NH2, y la cadaverina, NH2(CH2)5NH2, comunes en la carne podrida, son diaminas y se forman en la descomposición de los aminoácidos correspondientes.
Algunas tomaínas son venenosas, aunque la mayoría son inofensivas. El término tomaína se aplicaba antiguamente a todos los venenos nitrogenados, incluyendo alcaloides y toxinas. El término envenenamiento por tomaína se usa erróneamente para indicar una enfermedad que es producida (según se ha descubierto) por toxinas bacterianas.